Lucía nervioso. Muy nervioso. Se agarraba las manos, entraba y salía de la iglesia. Sin embargo, también se le notaba la felicidad en el rostro. No era la misma felicidad con que celebra sus goles en su equipo ruso, Rubin Kazán; o con la Selección nacional. Nada de eso.
En la cara de Christian Noboa se evidenciaba la clase de felicidad que se siente cuando sabe que un sueño está ahí, a pocos pasos de cumplirse. En su caso particular, el casarse con su novia y madre de su hijo, la rusa Olga Romanova.
El jugador ecuatoriano se casó la noche del viernes. Y fue en una ceremonia que a pesar de que intentaba ser sencilla, no pudo escapar del asedio de los medios.
Se realizó en la Catedral de Guayaquil. No comenzó puntual. He ahí los nervios de Noboa. Mientras la hora pactada para el inicio se acercaba -20:00- la novia no llegaba.
El capitán del Rubin llegó a la iglesia 20 minutos antes de la hora prevista para la ceremonia.
Arribó en un elegante Mercedes Benz clásico, blanco. Apenas él se bajó, los micrófonos de los medios se volcaron a preguntarle cómo se sentía, si estaba feliz.
“Déjenme algo de espacio”, fue la respuesta. Entró en la iglesia, a saludar a sus invitados, entre amigos y familiares.
La Catedral estaba decorada con arreglos de flores blancas, a lo largo del callejón principal por el que transitarían los novios.
Noboa lucía un frac negro, de corbata blanca. Estaba acompañado por su madre Sonia Tello y su padre Fernando Noboa.
“Estoy feliz”, dijo Noboa padre. “Esta es una noche muy especial para mi familia. “Es muy importante para nosotros. Somos muy católicos y esto significa mucho para nuestra familia”, dijo el ex jefe de seguridad del presidente Rafael Correa.
Finalmente, escoltada por motos de la Comisión de Tránsito, llegó a bordo de una limusina blanca la rusa Olga Romanova. Detrás, las cuatro damas de honor, con el resto de la corte.
Antes de bajarse, Romanova se lo pensó bien, porque muchos curiosos, camarógrafos y miembros de seguridad se agolparon para ayudarla a bajarse. Le hacían fotos y videos con los celulares.
Lucía un hermoso y elegante vestido blanco. Detrás del velo que cubría su rostro, se notaba una sonrisa un tanto tímida. La tomó del brazo su padre.
La acompañó hasta el final, en que se la entregó al ‘zar’ Noboa. La hora comenzaba. El padre Vittorio del Vecchio ofició la ceremonia. Se notaba que la novia no conocía tanto español, pero ayudada por el novio pudo dar el sí quiero y entonces sucedió…
A las 20:50 oficialmente el centrocampista ecuatoriano pasó al ‘club de los serios’. Más fotos, sonrisas y buenos deseos. Inmediatamente los esposos pasaron a la recepción, que se dio en el Hotel Hilton Colón, en el Salón Isabela.