El técnico Jorge Célico prefiere ponderar el trabajo de todos sus jugadores. No le gusta destacar individualidades. “El mérito es de todos”, suele decir con frecuencia en las conferencias de prensa luego de conseguir buenos resultados.
Sin embargo, es sobresaliente el trabajo y la influencia que tienen en la cancha jugadores como el arquero Hernán Galíndez (argentino), el zaguero Andrés Mendoza (ecuatoriano), el volante Facundo Martínez (argentino), el ariete Federico Laurito (argentino), y los punteros Henry y Elvis Patta (ecuatorianos). Ellos son los pilares de la Universidad Católica, que lidera el torneo y que aspira a disputar la final ante Emelec en diciembre.
El DT argentino, luego del último triunfo sobre El Nacional (1-0) y que lo tiene de puntero con 28 unidades, comentó a este semanario que logró la unión grupal con “mucho ejercicio repetido en las prácticas. El equipo se acostumbró a jugar de esa manera”. Así logró que el plantel celeste fuera ofensivo dentro y fuera de casa.
Célico siempre pondera las individualidades que posee. Esa virtud lo llevó a tener un juego colectivo sólido. “La capacidad individual al servicio del equipo. No es para el beneficio propio, sino del grupo”, definió su estilo.
¿Pero cómo logró esa comunión grupal? El estratega empieza su jornada desde las 06:00 cuando entra a la ducha. En ese instante ya piensa en lo que realizará en el entrenamiento. Antes, hace que sus jugadores recuerden el compromiso que se hizo al inicio del año. “Iremos por la final”, vaticinó Célico en el primer ensayo del año, sin saber cómo se desarrollaría el torneo.
“No me preocupé por las nóminas del resto de equipos, yo me fijé en el contenido más que en el envase -sustenta-. Pueden traer jugadores caros, pero muchas veces no funcionan. En nuestro caso, lo colectivo domina en base a la humildad del plantel”.
Mientras conversaba por teléfono, anteanoche, se alistaba para salir a pasear con su esposa, Giovanna Villacís. Ella le hizo esa invitación porque lo vio “agobiado”, según contó sonriente el entrenador gaucho.
Ayer miró unos minutos del cotejo entre Emelec y Liga de Quito en el hotel en donde estuvo concentrado con sus dirigidos. Luego se dirigió a su casa y allí miró el resto de minutos. Pero para no pederse ningún detalle y tomar apuntes, revisó las jugadas en el video que le dejó grabado su esposa.
Los azules serán los rivales de los católicos, en Guayaquil, luego de las eliminatorias. “Es difícil sacarle puntos a Emelec. Es meritorio lo que hizo Liga”, opinó el argentino, quien sí admitió sentir felicidad por el resultado. Pero, “no podemos descuidarnos. Hay que ir pasito a pasito”, subrayó.
Finalmente, accedió a dar su opinión sobre los seis puntales de la Católica: “Galíndez tiene una seguridad enorme, mucha solvencia que da tranquilidad defensiva. Mendoza alcanzó un nivel excelente, algunos lo piden para Selección. Martínez es un cerebro, el que maneja los tiempos. Laurito es el que termina las jugadas, tiene dos opciones frente al arco y por lo menos mete una. Los Patta son los desequilibrantes…”.
La estructura del club católico se sustenta en el trabajo del equipo, del cual salen las figuras que se han destacado en este año. Por ejemplo, una característica es que en ocasiones un defensa pasa a ser un atacante, sin perder su función de zaguero. Eso le ha ido dando poco una identidad de juego y de grupo al equipo católico.
El Nacional fue el último equipo que lo sufrió. A pesar de ser un equipo que también cuenta con jóvenes talentos, fue ampliamente superado por los celestes. Estos arrinconaron a los rojos en el inicio del cotejo y en los tramos finales, hasta conseguir el tanto del triunfo, por intermedio del defensa Henry Cangá. Ese gol fue celebrado por todos, hasta por los utileros.
“Ninguno de mis jugadores ha ganado un título y esa es una motivación adicional”, concluyó, cuando se escuchó cerca del teléfono a su esposa decir: “¿Listo?, vamos”.