Las corridas de toros desaparecerán para siempre en Cataluña, en el noreste de España. El Parlamento catalán tomó ayer la medida, que se siguió con expectativa dentro y fuera de las fronteras españolas.
De los 135 diputados regionales, 68 votaron a favor de la abolición de la llamada fiesta nacional española en Cataluña, mientras que 55 lo hicieron en contra. Nueve diputados se abstuvieron y tres faltaron al Pleno.
La prohibición, que se estima que alentará iniciativas similares en otras partes del país, regirá desde el 1 de enero del 2012.
La decisión afectará a La Monumental de Barcelona, la única plaza de toros que funciona en una región de 7,4 millones de habitantes. Además, el Gobierno catalán deberá indemnizar a los propietarios de la plaza con unos USD 580 millones.
Con el anuncio del resultado, la Cámara catalana se dividió entre los aplausos y la alegría de los diputados antitaurinos y la desolación de quienes defienden la tauromaquia.
Los defensores de los derechos de los animales, aficionados y las personalidades del mundo del toro acudieron a presenciar la votación. Algunos protestaron en contra de la medida.
Las reacciones llegaron desde todos los rincones de España. El conservador Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy, el principal de la oposición española, anunció una iniciativa para que el Parlamento español deje sin efecto la prohibición catalana.
Además, personalidades del toreo aseguraron que acudirán al Tribunal Constitucional.
Para lograr el veto fue decisivo que los dos grupos mayoritarios en el Parlamento catalán, Convergencia i Unió (CiU, con 48 diputados) y el Partido Socialista (PSC, con 37), dieran libertad de decisión a sus integrantes.
El ex torero colombiano César Rincón lamentó la decisión del Parlamento de prohibir las corridas de toros y aseguró que no se trata de una medida para evitar el maltrato de los animales. “Es una excusa política”, dijo.
Según el portal mundotoro.com la medida será recurrida ante el Tribunal Constitucional.