El gran premio de Italia clausuró la serie europea de la Formula 1 con la tradicional invasión de tifosis al circuito de Monza que de por sí constituye todo un espectáculo.
La carrera nos dejó la impresión de que ya todas las cartas están jugadas: se repitió el triunfo dominante de Vettel dejando las emociones para las luchas en su retaguardia, donde las heroicas remontadas de Alonso resaltan la imagen del piloto en detrimento de la Scuderia que, a pesar de su mejora, no alcanza el nivel de Red Bull.
Rompiendo la racha de las ‘pole position’ de Mercedes, Vettel controló la carrera desde el arranque, fuera del alcance de la jauría lanzada en su persecución.
Alonso, partiendo quinto, no tardó en ubicarse segundo gracias a un magistral sobrepaso a Webber y a la disciplinada apertura de Ma- ssa. Detrás venía Hulkenberg muy consistente con su Sauber, demostrando que su tercer lugar en la calificación del sábado no era ninguna casualidad.
El trazado tiene características únicas. Es el más veloz del año y exige configuraciones aerodinámicas en las que prima la menor resistencia al aire para sus largas rectas y motores potentes que son exigidos a fondo.
El récord de velocidad máximo de este año pertenece a Hulkenberg con 368 km/hora, muy cerca de los 372 km/hora de Juan Pablo Montoya, impuestos en el 2005 con un motor 20% más potente.
Cuando ya se acercaba el momento, Alonso iba descontando la ventaja que le llevaba Vettel, quien entró primero, y Ferrari pensó que había llegado la oportunidad de forzar las vueltas que le quedaban en pista antes de su propio cambio para capitalizar una ventaja definitiva.
Pero no fue así, Sebastian con llantas nuevas impuso de entrada unos récords endemoniados tales que, cuando ya le tocó a Fernando cambiar y regresar a pista, no solo se había incrementado su retraso ante el campeón titular, sino que se veía amenazado por Webber, quien lo acosó hasta la meta.
La implacable competitividad de la Fórmula 1 cobra caro el mínimo error en las calificaciones y en la carrera. De no haber sido por los incidentes en la largada, ¿que épica batalla hubieran protagonizado Hamilton y Raikkonen que iban al mismo ritmo que los punteros? Batieron varios récords de vuelta y remontaron las posiciones que habían perdido, el uno por un pinchazo y el otro por un roce.
Lo que hubiera podido ser una lucha por la victoria se limitó a una lucha por el honor, ya que sólo Lewis pudo rescatar dos puntos y ambos pierden algo de impulso en la pelea por el subcampeonato.
Una falsa alarma sobre las cajas de cambio de los Red Bull creó un suspenso en las últimas vueltas, pero el ritmo que mantuvieron desmintió cualquier falla.
Todavía quedan siete carreras en dos continentes. Vettel lleva 53 puntos de ventaja a Alonso. Matemáticamente todo es posible ya que contando sólo los puntos a repartirse entre los tres primeros lugares de cada carrera, hay 406 unidades en disputa. Pero las probabilidades de ver un cambio de líder son pocas: Vettel se proyecta como un caballero solitario.
En cambio en el pelotón de persecución nada está dicho: tres campeones mundiales al acecho no darán su brazo a torcer hasta la última batalla. Hamilton está a solo 28 puntos de Alonso, aventajando por apenas siete a Raikkonen, y son perseguidos de cerca por Webber y Rosberg.
El campeonato de equipos, por su parte, tiene de puntero a Red Bull con una cómoda ventaja de 104 puntos sobre Ferrari que encabeza una lucha cerrada por el subcampeonato con 3 puntos sobre Mercedes y 57 sobre Lotus.