La cuarta victoria consecutiva de Sebastian Vettel en la India (quinta de la temporada) no fue una sorpresa para nadie. En Japón ya se sabía que Red Bull había logrado mejorar el desempeño del auto y que eso pronto se traduciría en resultados positivos.
El paso del tiempo lo confirmó. En apenas tres carreras el alemán pudo transformar una desventaja de 29 puntos en una superioridad de 13 unidades, que podrían aumentar en los tres grandes premios pendientes: Abu Dhabi, Estados Unidos y Brasil.
Dado el abrumador dominio que Red Bull ostenta sobre sus rivales (Vettel cruzó la meta el domingo 9,4 segundos por delante de Fernando Alonso), que ya es similar al del año pasado, Ferrari difícilmente encontrará en tres semanas la fórmula para revertir la situación.
Si bien las mejoras anunciadas e introducidas por la ‘Scuderia’ en el F2012 aumentaron la competitividad del monoplaza, todavía están lejos de ser lo suficientemente eficaces para ponerlo al mismo nivel del RB8. Peor aún para superarlo.
El piloto español declaró que su vehículo era notablemente más rápido en las rectas, lo cual quedó evidenciado en sus adelantamientos a Jenson Button, a Lewis Hamilton y a Mark Webber, pero también admitió que le faltaba adherencia en las curvas.
Más que a la puesta a punto específica para esa carrera, esa característica se deriva de las carencias aerodinámicas de las que el auto ha adolecido a lo largo de todo el año, y que los ingenieros de Maranello no han podido corregir.
Por su parte, Adrian Newey, diseñador del Red Bull, junto con su equipo técnico, ideó algún artilugio que hace que el monoplaza tome las curvas como si estuviera montado sobre rieles.
Eso evita la pérdida de tiempo al tener que bajar la velocidad para cuidar la trayectoria y explica por qué los RB8 logran reducir esas décimas de segundo por vuelta, que desde Singapur les garantizan el liderato en los entrenamientos libres, en las sesiones de clasificación y las victorias en las carreras.
En ese mecanismo, que los equipos rivales no han podido copiar ni contrarrestar con otros, es en el que aparentemente radica la hegemonía de los autos azules.
En tal sentido, Red Bull tiene una ventaja competitiva que será muy difícil de vencer. El propio Stefano Domenicali, jefe de Ferrari, dijo enfáticamente que si bien el auto incorporaría novedades hasta el final de la temporada, eso no cambiaría radicalmente su comportamiento.
Lo cierto es que Ferrari está tardando mucho tiempo en proporcionarle a Alonso un monoplaza que sintonice con su talento, que por ahora es a lo único que apela el equipo para atenuar el ataque de los rivales en cada gran premio.
En el 2010 perdieron el Mundial por un error estratégico (la equivocada entrada a pits en Abu Dhabi que le costó el puesto a Chris Dyer,); en el 2011 fue por la aplastante supremacía del RB7 y en el 2012 tal vez sea por lo tarde que han llegado las mejoras.
No obstante, cabe recordar que la ‘Scuderia’ tardó cuatro temporadas en darle a Michael Schumacher un auto capaz de ganar el Mundial.
Con poco tiempo y escasas opciones de recuperar el terreno perdido, es probable que Alonso deba esperar otro año para volver a intentar el tricampeonato.
Pero esta temporada, como ninguna otra, ha demostrado lo rápido que pueden cambiar las cosas. A eso apelan los ferraristas.
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