Tras la aprobación de la Ley de Regulación de Créditos para Vivienda y Vehículos, muchas personas vinculadas al sector automotor consideraron que el mercado de autos usados tendría un repunte significativo en los meses siguientes.
A las restricciones crediticias derivadas de la entrada en vigencia de la ‘Ley de Hipotecas’, hoy se suma la reciente fijación de cupos a la importación de vehículos por parte del Comité de Comercio Exterior para reconfigurar el panorama del mercado automotor nacional.
Si se toma en cuenta que la resolución expedida el mes pasado tiene efecto retroactivo desde enero, y que muchas firmas importadoras ya agotaron o están cerca de agotar sus existencias permitidas para este año, las predicciones sobre los usados empiezan a cumplirse de manera paulatina.
Jorge Moya, propietario del patio de autos Moya Vehículos, sostiene que actualmente hay un alta demanda de vehículos seminuevos, es decir, de hasta cuatro años de antigüedad. “La venta de carros anteriores al 2008 está prácticamente parada”, asegura.
Moya explica que esto se debe a que los clientes buscan compensar con autos de poco uso la decreciente disponibilidad de autos nuevos en los concesionarios.
“El anuncio de restricción a las importaciones hizo que la gente se vuelque a comprar autos nuevos porque sabe que más adelante será más difícil conseguir uno. Quienes no alcanzan a comprarlos optan por los seminuevos y eso hace que crezca la demanda”, indica.
Con este criterio coincide Pierre Janine, gerente de la división de autos usados de Casabaca. ”Junio fue nuestro mejor mes histórico porque las especulaciones sobre un eventual desabastecimiento y subida de precios hicieron que la gente se lance a comprar vehículos seminuevos”, dice.
El directivo sostiene que, en estos días, ocho de cada 10 potenciales compradores de autos usados van en busca de modelos de esas características, por su poco uso y sus precios más asequibles.
“Hasta hace tres meses el Toyota Corolla nuevo tenía un precio de USD 25 000, pero con el alza de los aranceles hoy está en USD 29 000. Un Corolla seminuevo en buenas condiciones se puede conseguir en alrededor de USD 21 000, lo cual implica un ahorro significativo”, señala.
Según Janine, los vehículos de alta gama de la marca japonesa (Fortuner, 4Runner, Highlander) se cuentan entre los de mayor demanda y por ahora los precios de los ejemplares de segunda mano no se han incrementado.
Sin embargo, no descarta que esto suceda en las próximas semanas, cuando la oferta de autos nuevos empiece a escasear.
Es muy probable que para entonces la demanda de usados con más años de antigüedad crezca, y con ella también los precios.
Moya dice que actualmente no hay mayor demanda para ese tipo de vehículos por varias razones. Una de ellas es la incertidumbre que genera la situación del mercado en el corto plazo.
Como efecto de la subida de precios de los autos nuevos, los propietarios de los usados también han elevado los valores de sus vehículos y se muestran poco flexibles para la negociación.
Estima que por los vehículos que hasta hace un par de meses tenían precios de hasta USD 10 000 ahora se pide unos USD 500 más, mientras que los autos con precios de entre USD 15 000 y 20 000 han incrementado su precio entre USD 800 y 1 000.
Hay una gran oferta de autos usados que, en muchos casos, son los que los mismos clientes tienen como base para la compra de los nuevos, pero los precios no van a bajar mientras se mantenga la expectativa de lo que suceda con el mercado”, añade.
Moya es enfático al señalar que el mercado de vehículos usados es un buen termómetro de la salud de la economía, pues es dinámico cuando las cosas van bien y se contrae ante los anuncios inesperados de medidas restrictivas.
“Las autoridades deberían evitar las sorpresas y los cambios drásticos para generar confianza y evitar las especulaciones. En este negocio los simples rumores detienen las ventas”, sentencia.
Janine, por su parte, cree que los precios subirán cuando crezca la demanda, y que el parque automotor ralentizará su renovación.