El Ecuador es un país ‘camionetizado’. Basta con detenerse a observar durante unos momentos la cantidad de pick ups que circula por las calles para comprender por qué este segmento representa un alto porcentaje del parque automotor nacional.
Pero este no es un fenómeno reciente. Desde hace varias décadas muchos clientes han preferido las camionetas por sobre los automóviles porque, además de adaptarse mejor a la complicada topografía de nuestro país y al descuidado estado de los caminos (hasta hace 40 años todavía existían carreteras empedradas), son grandes aliadas para el trabajo.
Durante muchos años las diferencias entre segmentos eran muy marcadas, al punto de que, si bien eran los vehículos más apropiados para labores en zonas rurales, las camionetas carecían prácticamente de todo tipo de confort.
Con el paso del tiempo, el mejoramiento de la infraestructura vial y las nuevas exigencias de la vida moderna, las camionetas no perdieron vigencia. Por el contrario, los fabricantes siempre encontraron la manera de adaptarlas a los requerimientos y expectativas de los consumidores para que siguieran siendo atractivas.
La evolución tecnológica potenció sus bondades mecánicas, embelleció sus diseños y mejoró significativamente el confort que ofrecían a los ocupantes. La masificación de los modelos con doble cabina, que inició hace aproximadamente 20 años, dio un impulso comercial muy importante al segmento, pues las convirtió en vehículos para el transporte de carga y pasajeros.
Esa polivalencia constituye la principal ventaja de las camionetas actuales, pues cumplen cabalmente su función de vehículos de carga sobre cualquier tipo de superficie, y además tienen cada vez menos que envidiar a un sedán en cuanto a la comodidad que proporcionan a los ocupantes.
Tal es la importancia de las camionetas en el mercado automotor ecuatoriano que hoy en día la oferta está en capacidad de atender los gustos y necesidades más exigentes. No menos de una decena de marcas ponen a disposición de sus clientes modelos con las más variadas configuraciones.
Cabina simple, doble o chasís cabinado, 4×2 ó 4×4, motores de gasolina o de diésel, importadas o de producción nacional, son solo algunas de las variables que incluso pueden combinarse entre sí, según el usuario lo requiera.
Además, a diferencia de los ejemplares que se comercializaban hasta hace unos años, casi todas las camionetas que se venden actualmente tienen diferentes niveles de equipamiento y, en algunos casos, este puede ser muy completo.
El comprador puede escoger entre diferentes paquetes de elementos adicionales, orientados al confort o a la seguridad, el que más se adapte a sus requerimientos o simplemente a su preferencia.
Además, suele estar disponible una gran cantidad de accesorios opcionales para personalizar cada camioneta y de esa manera convertirla en un ejemplar único.
En la edición de CARBURANDO que tiene en sus manos, le presentamos varios de los modelos que el mercado local de camionetas tiene para ofrecerle. Aquí encontrará un catálogo compuesto por ejemplares de varias marcas. Muchos de estos son rivales directos en términos comerciales, por lo cual sus principales características podrían resultarle muy similares.
En una primera instancia del proceso, la apariencia física y el precio son aspectos muy valorados por el cliente, ya que un modelo que le guste y se adapte a su presupuesto captará su atención.
No obstante, luego de una revisión más exhaustiva, son las particularidades de una determinada pick up u otra las que establecen diferencias que al final definen la decisión del usuario.
Por eso, como en cualquier segmento de vehículos, la elección del modelo correcto parte de la adecuada identificación de la necesidad que se desean satisfacer.
En tal caso, el acceso a la información detallada de varios ejemplares permite al potencial comprador hacer comparaciones útiles para seleccionar o descartar.
También cabe apelar a argumentos tales como el prestigio del fabricante, el respaldo posventa y, si es posible, las referencias de otros usuarios. Recuerde que una negociación inteligente que le genere satisfacción a largo plazo requiere dedicación, tiempo y paciencia.