En los últimos años se han mejorado notablemente los motores que funcionan a diésel. El objetivo es cumplir con las normativas de control vigentes en los distintos mercados internacionales y aportar al cuidado del planeta.
Es por eso que ciertas casas automovilísticas han desarrollado sistemas como el CRDi (riel común), los turbos y los filtros de partículas para completar su buen de-sempeño. El grupo Fiat fue uno de los innovadores en este sentido, la empresa recibió en 1998 un reconocimiento por la creación del CRD.
Este es un sistema electrónico de inyección de combustible que aspira directamente el diésel desde el tanque y que lo lleva a una bomba de alta presión. A su vez el diésel es enviado a través de un conducto común para todos los inyectores e introducido al cilindro. El objetivo de este sistema era mejorar el desempeño del vehículo, reducir el consumo de combustible y reducir la emisión de sustancias contaminantes. El turbo también ayuda en este proceso ya que reutiliza los gases producidos por el motor y los vuelve a introducir para generar más potencia.
Otro de los elementos que se ha popularizado masivamente en la última década es el uso de filtros para partículas contaminantes en el sistema de escape. Estos elementos disponen de materiales específicos para retener los componentes que pueden ser perjudiciales para la salud, aunque incrementan un poco el precio del auto son eficaces.