La decisión de un tribunal sueco permite la venta de la marca. Dos inversores chinos la comprarán por USD 150 millones.
Tras una reunión con los acreedores de la compañía que se mostraron proclives a continuar con la reestructuración, faltaba la aprobación de este proceso después de que la holandesa Swedish Atomobile (SWAN) llegase a un acuerdo con dos inversores chinos, Youngman y Pang Da, para la venta de Saab Automobile por 100 millones de euros (unos USD 150 millones.
Una vez acordado que el proceso de reestructuración continúe adelante, solo queda la aprobación de todas las partes implicadas en la compra, incluido el Gobierno chino. Esta intención de compra tiene como fecha límite el 15 de noviembre del año en curso.
El plan de reestructuración establece la creación de una nueva sociedad denominada Saab Auto Group, de la que el grupo Youngman poseerá el 60% y el grupo Pang Da el 40; así como de dos filiales chinas.
Entre sus aspiraciones está la venta de 35 000 y 50 000 vehículos en el 2012; 78 000 y 86 000 en el 2013 y alrededor de 200 000 para el 2016. Cerca de una tercera parte será vendida en el mercado chino, donde también se fabricarán vehículos, pero manteniendo la planta principal localizada en la ciudad de Trollhättan (Suecia).
Otra de las medidas que acometerá la firma será despedir a 500 trabajadores de los 4 000 que completan la plantilla. Esto supondrá un ahorro de casi USD 165 millones. Con este dinero, se podrá ampliar la oferta de vehículos con una nueva gama de tamaño medio que sustituirá en el 2013 al reconocido modelo 9-3.
La marca sueca planea entregar el 22 de noviembre una propuesta de pago a los acreedores con el objetivo de llegar a un acuerdo para el 2012. Por su parte, el alto ejecutivo Guy Lofalk, estuvo a punto de interrumpir el proceso de reestructuración de la empresa al no ponerse de acuerdo en la venta.
Los inversores chinos, intimidados por la suspensión de pagos que sufre la firma desde el 2009 y la recesión de ventas en estos últimos años, rompían un acuerdo firmando hace apenas unos meses por el que se comprometían a invertir cerca de USD 300 millones y participar en el accionariado de Saab Automobile.
Las partes implicadas volvieron a retomar las negociaciones en los últimos días, aunque la delicada situación de Saab Automobile obligó a sus dueños holandeses a ceder ante los inversores chinos, ya solo interesados en la compra y no en un acuerdo de colaboración.
A pesar del préstamo de 400 millones euros (unos USD 600 millones) del Banco Europeo de Inversiones, Saab, avalada por el Gobierno sueco y por inversiones privados, ha ido empeorando progresivamente desde el 2009 cuando entró en suspensión de pagos por primera vez y permaneció seis meses bajo administración judicial.
Gracias a la aparición de una nueva fuente de capital, Saab no ha desaparecido como tenían previsto los analistas financieros, antes de la llegada de inversores chinos.