El pasado 2 de julio llegó a su fin la existencia terrenal de Sergio Pininfarina, uno de los más prolíficos diseñadores automovilísticos italianos, mundialmente célebre por haber concebido algunos de los Ferrari más famosos de todos los tiempos.
Nació el 8 de septiembre de 1926 en Turín. Como ingeniero mecánico graduado en el Instituto Politécnico de esa ciudad, sucedió en 1966 a su padre Battista ‘Pinin’ Farina en la presidencia de la firma carrocera que este había fundado en 1930, en la que ya se desempeñaba como director desde 1961.
De su inspiración salieron los bocetos de decenas de vehículos reconocidos en todo el mundo, algunos de los cuales pasaron a la línea de producción, mientras que otros no superaron la fase de prototipos.
A través de su empresa familiar, Pininfarina colaboró con muchos fabricantes de todo el mundo en el diseño de sus nuevos vehículos.
Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Maserati, Bentley, Peugeot y hasta la argentina IKA son algunas de las marcas que solicitaron los servicios de Pininfarina e incluyeron en sus gamas modelos creados por él.
Pero la colaboración más amplia de Pininfarina se dio con Ferrari, para la que concibió algunos modelos emblemáticos como los Daytona y Dino de 1968, el 308 GTB de 1975 y Testarossa de 1984.
Pininfarina también incursionó en la política. Como miembro del partido liberal italiano, fue diputado europeo entre 1979 y 1984; dirigente industrial entre 1988 y 1992 y fue nombrado senador vitalicio en el 2005 por el entonces presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi.
“Italia pierde a uno de sus embajadores más prestigiosos”, declaró Harald Wester, dueño de Maserati, mientras el alcalde Roma, Gianni Alemanno, lamentó la muerte de “un genio del ‘made in Italy’”.
Fuentes: AFP y Ansa