El Salón de Ginebra del 2009 fue el escenario escogido por Peugeot para desvelar a su ‘crossover’ 3008. Un monovolumen que toma la plataforma del sedán 308, pero cuya carrocería tiene rasgos que lo definen como un vehículo todoterreno.
Gracias a una invitación de la empresa nacional Autofrancia, representante de la marca gala en el país, CARBURANDO realizó un ‘test drive’ y ofrece estas impresiones.
El diseño exterior tiene el estilo inconfundible de la casa del león. Finos trazos en los laterales, un frontal dinámico con un parabrisas ‘estirado’ al máximo hacia el techo, que en la versión que probamos es totalmente panorámico, lo cual le brinda un toque deportivo.
Los grupos ópticos delanteros mantienen la mirada de felino que cautiva en toda la gama Peugeot, mientras que la parte posterior es imponente y los pasos de rueda son robustos, con mucha semejanza a los SUV de alta gama.
En el interior los diseñadores han dado en el clavo. Un ambiente envolvente, con detalles modernos y finos, tanto en la consola central como en el panel de instrumentos. El distintivo elegante aquí es la pequeña pantalla de vidrio, detrás del volante, donde solo el piloto puede visualizar el velocímetro y no distraer la mirada de la carretera.
La comodidad es otro de sus aspectos destacados. Con capacidad para albergar a cinco ocupantes plácidamente, el Peugeot 3008 es sinónimo de confort.
Las sensaciones al volante equilibran su bella arquitectura. Equipado con un poderoso motor de 1,6 litros turboalimentado, que ofrece 156 caballos de fuerza, el 3008 es un dócil gatito en las congestionadas calles y se transforma en un feroz león en la carretera. Versatilidad y confort de marcha que seducen y permiten disfrutar de la conducción en cualquier superficie. Completa este cuadro de emociones, un equipamiento propio del segmento premium, donde resaltan los artilugios de seguridad.