Intikallpa: rey de la energía solar

El Intikallpa  en plena acción por el desierto. Esta es la segunda vez que gana esta competencia, un prueba única en América Latina. Foto: AFP

El Intikallpa en plena acción por el desierto. Esta es la segunda vez que gana esta competencia, un prueba única en América Latina. Foto: AFP

El prototipo Intikallpa, de la Universidad de La Serena, ganó el pasado domingo la cuarta y última etapa de la Carrera Solar Atacama, que en cuatro días recorrió 1 300 km por el desierto más árido del mundo (norte de Chile) y en la que participaron 15 equipos.

Intikallpa (energía solar, en lengua nativa quechua), fabricado en fibra de carbono, ganó las cuatro etapas de la competencia. El pasado lunes en la ciudad de Iquique, a unos 1 800 km al norte de Santiago, la organización proclamó  al vencedor. Esta fue la segunda vez que el mencionado  vehículo gana la Carrera Solar Atacama, un prueba única en América Latina.

En segundo lugar, tal como ocurrió el año pasado, se ubicó el modelo Eolian 3, desarrollado por la Universidad de Chile.

En la categoría de los triciclos, empujados por la energía solar y la tracción humana, ganó la cuarta etapa el equipo Solar Mecatrónica, de Universidad Católica de Chile.

La prueba, que el año pasado recorrió un poco más de 1 000 km por estos mismos áridos parajes, arrancó el jueves 15 de noviembre desde la ex oficina salitrera de Humberstone, en la localidad de Alto Hospicio (cercana a Iquique), el mismo lugar en donde finalizó.

Enclavada en medio del desierto de Atacama, Humberstone (declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco), es un pueblo fantasma, con todas sus instalaciones: piscina, hospital, teatro, hotel, cancha de tenis; completamente abandonadas tras el fin de la extracción del mineral salitre a inicios del siglo pasado.

Desde allí, los 15 vehículos solares, siete de los cuales eran solo alimentados por la energía del sol, arrancaron para cubrir cuatro etapas: la primera entre Humberstone y la ciudad de Calama, con una extensión de unos 330 km.

La segunda, desde la ciudad de Calama hasta la turística localidad de San Pedro de Atacama, se convirtió en la parte más difícil, debido a las pendientes de la ruta, que ascendió hasta más de 4 000 metros de altura sobre el nivel del mar y una extensión de 390 km.

El sábado los equipos arrancaron desde Calama hasta la localidad de Baquedano, recorriendo un tramo de 215 km. El pasado domingo, en tanto, la carrera finalizó en un tramo de 357 km desde la ex oficina salitrera Chacabuco hasta la antigua salitrera de Humberstone.

Los vehículos, en su mayoría, están constituidos por una nave rectangular y plana forrada con placas que absorben la energía del sol y la almacenan en baterías, además de un cubículo que alberga al piloto.

En su trayecto, los vehículos avanzaron por rutas que compartieron con camiones, autos y autobuses. Pero no solo autos alimentados por energía solar compitieron  en la Carrera Solar Atacama.

Las naves futuristas compartieron la competencia con los triciclos solares, unos vehículos híbridos movidos por tracción humana y con la energía del sol.

Entre los participantes de esta categoría, bautizada como Ruta Solar, se encuentra un equipo argentino, el Pampa Solar de la Universidad Nacional del Centro, que en la pasada edición obtuvo el premio al mejor uso de esta energía.

Su triciclo cuenta con un techo con placas solares que se inclinan siguiendo el ángulo de los rayos de sol, para aprovechar al máximo su potencia. Pero su principal distinción es que la fuerza que generan con los pedales carga directamente la batería.

Fuente y fotos: AFP

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