El fabricante de vehículos de lujo Rolls-Royce registró, pese a la crisis, excelentes resultados en el 2011, lo que demuestra la espectacular recuperación de la industria automovilística británica desde que pasara a manos extranjeras en su práctica totalidad. Comprado en 1998 por el alemán BMW, el fabricante preferido de los aristócratas anunció a inicios de esta semana que el pasado año superó el récord absoluto de ventas desde su fundación en 1906.
En total, vendió 3 538 modelos, un 31% más que en el 2010, gracias a un aumento de cerca del 50% en China, pero también a excelentes resultados en los países occidentales, pese a la crisis económica. “Un año fantástico”, resumió su Director, Torsten Müller-Otvös.
Por otra parte, la semana pasada, su gran competidor Bentley, que está bajo control de Volkswagen, también anunció un año récord en el 2011 (+37%), gracias al aumento de las ventas en Estados Unidos y en China. [[OBJECT]]
Pero la lista de éxito de los autos ‘made in Britain’ incluye otros casos, como la resurrección de la firma unificada Jaguar Land Rover (al borde de la quiebra en el 2008 cuando fue comprado por el grupo indio Tata Motors). También está el ejemplo de la estrella planetaria, el ‘nuevo Mini’ impulsado también por el gigante germano BMW.
En todo caso, la fabricación sigue basada en Gran Bretaña, gracias al saber hacer industrial unánimemente saludado por los compradores, en particular de los países emergentes donde el prestigio de las grandes marcas y de los autos de alta gama está en su apogeo. Recibidos con los brazos abiertos por el Gobierno, que no duda en dar el empujón financiero a algunos proyectos, otros grandes fabricantes apuestan por potenciar sus fábricas en el Reino Unido.
El primero de ellos es ahora el japonés Nissan, cuyo presidente Carlos Ghosn no escatima elogios a la mano de obra local. En el 2011, la marca estableció un nuevo récord de producción en su planta estrella de Sunderland (norte de Inglaterra), convertida en base mundial para su vehículo 4×4 Qashqai.[[OBJECT]]
Al ritmo de las inversiones crecen las contrataciones: cerca de 5 500 personas trabajan ahora en Sunderland, donde Nissan ha prometido invertir cerca USD 750 millones para producir a partir del 2013 su vehículo eléctrico Leaf. Por su lado, Jaguar Land Rover acaba de decidir la construcción de una nueva fábrica de motores con emisión de carbono reducida en la región de los Midlands (centro de Inglaterra), en la que espera contratar a unos 500 trabajadores.
Dada por muerta a principios de los años 2 000, la industria automovilística británica recibió el año pasado cerca de 4 000 millones de euros de promesas de inversión, según la asociación que representa al sector, la SMMT.
El primer ministro británico, David Cameron, ha convertido el renacimiento de esta industria en el símbolo del “reequilibrio de la economía” que espera que sirva para compensar los efectos sobre el empleo de su política de austeridad que afecta al sector público. “No hay un solo fabricante de automóviles de Gran Bretaña que no se amplíe en este momento”, dijo a la cadena BBC, en un momento en que planea el espectro de la vuelta del país a la recesión.
Fuente: AFP