Con 55 participantes se llevó a cabo el domingo pasado la séptima edición de la Copa de Cabezales en el autódromo de Yahuarcocha.
Este año, AMG, empresa organizadora del evento, decidió reducir el número de concursantes con relación a los años anteriores, con el fin de agilitar el desarrollo de la jornada de competencias y de evitar los inconvenientes derivados de potenciales inconformidades.
Como es usual, en su fase inicial la prueba constó de los tradicionales piques de cuarto de milla por parejas en la recta principal del autódromo. Una vez cumplida esta prueba, los conductores debían superar un test de habilidad que consistía en parquear el cabezal de frente y de retro sin topar unos barriles que se colocaban a un lado para delimitar el espacio.
El roce con uno de ellos o el derribo de los parantes frontal y posterior que se utilizaban para dar por cumplida la prueba, significaba el cometimiento de una falta que se sancionaba con una adición de cinco segundos al tiempo logrado por cada participante.
Como novedad, este año la organización incluyó una pantalla gigante ubicada en el sector de ‘pits’, en la cual se proyectaban imágenes de la competencia y los tiempos que los concursantes tardaban en cumplir cada prueba.
A continuación de esta etapa, los 12 conductores que registraron los mejores tiempos pasaron a una instancia semifinal.
Freddy Arcos (26), Patricio Bohórquez (03), Juan Carlos Pozo (02), Luis Pérez (32), Édgar Cifuentes (25), Edwin Lascano (45), Álvaro Erazo (24), Fernando Pozo (1), Oswaldo Figueroa (44), Hernán Calvopiña (13), Luis Esparza (7) y Javier Aguirre (50) debían repetir las pruebas anteriores en procura de mejorar sus tiempos, pues entre ellos saldrían los cuatro finalistas.
Los cronómetros dictaminaron que los hermanos Juan Carlos y Fernando Pozo (ganador de las tres ediciones anteriores), Arcos y Figueroa eran los elegidos para disputar la final.
Además de los piques y las pruebas de habilidad, para esta fase el reglamento contemplaba una carrera en parejas compuesta por dos vueltas completas al trazado.
Los resultados definirían directamente el tercer y cuarto puestos, mientras que los dos primeros debían cumplir una ronda adicional de pruebas y una carrera de tres vueltas al circuito.
Luego de cumplir las pruebas tradicionales, Juan Carlos Pozo y Arcos se alinearon para iniciar la carrera, mientras Fernando Pozo y Figueroa aguardaban su turno en el garaje posterior.
Arcos tomó la delantera antes de llegar al curvón y Pozo lo seguía de cerca. Justo al llegar a la curva que antecede a la recta principal, Pozo entró por el interior y golpeó con el parachoques el tanque de combustible del cabezal de Arcos, quien intentó defender su posición.
El golpe provocó la rotura del depósito y el consecuente derramamiento de decenas de galones de diésel sobre la pista, imposibilitando la continuación de la carrera.
En vista del inconveniente, los organizadores dieron por terminada la prueba y anunciaron que los ganadores se proclamarían al día siguiente, en función de los tiempos de las pruebas completadas.
En un comunicado oficial emitido el lunes, la organización dio a conocer que Figueroa resultó vencedor de la competencia, seguido de Fernando y Juan Carlos Pozo, segundo y tercero, respectivamente.