El compacto no es un tipo de vehículo de reciente creación. Los pioneros y principales íconos históricos de este segmento datan de los años treinta (VW Escarabajo), cuarenta (Citroën 2CV) y cincuenta (Fiat 500 y Mini Austin).
No obstante, al igual que el SUV, sí es uno de los que más ha evolucionado en los últimos años.
Hasta hace poco tiempo, los compactos eran los preferidos por quienes buscaban un auto pequeño y económico tanto en su precio como en su mantenimiento. De hecho, siempre fueron considerados los vehículos ecológicos por excelencia, porque su menor tamaño y peso requería un menor esfuerzo mecánico para impulsarlos.
Sin embargo, estas condiciones eran inversamente proporcionales a su desempeño, a su nivel de equipamiento y a su comodidad.
Pero la saturación del tráfico en las grandes ciudades cambió la lógica tradicional del mercado automotor. Muchas administraciones municipales europeas empezaron a gravar con nuevos impuestos la compra de autos grandes e impusieron peajes para el acceso a determinadas áreas urbanas.
Entonces los usuarios vieron a los automóviles pequeños como alternativas viables para movilizarse mejor dentro de las ciudades y su demanda aumentó, pero no estaban dispuestos a renunciar a las cualidades superiores que les ofrecían los autos que se vieron obligados a dejar de utilizar.
La respuesta de los fabricantes no tardó en llegar y los compactos de los años noventa respondieron mucho mejor a las expectativas de los clientes. Desde entonces los estándares se elevaron significativamente y el segmento se convirtió en uno de los más competitivos del mercado automotor mundial.
Hoy en día, además de que la oferta de compactos es muy amplia (prácticamente todas las marcas tienen al menos un ejemplar en sus gamas), los diseños, las motorizaciones y los elementos de seguridad y confort mejoraron tanto que tienen muy poco que envidiar a segmentos superiores, como el de los sedanes.
La diferencia con estos prácticamente se limita a la reducción de las dimensiones, del consumo y de las emisiones contaminantes, mas no de otros aspectos, pues la gran mayoría de ejemplares cuenta con una alta tecnología de fabricación e incorpora muchos dispositivos de última generación.
Eso sí, el tamaño continúa siendo uno de los principales criterios de compra de estos vehículos, aunque la lista de sus bondades es bastante extensa.
Ágil respuesta de aceleración, versatilidad de desplazamiento y facilidad de parqueo son algunas de las principales ventajas de los compactos. Estas cualidades los convierten en vehículos ideales para la movilización de personas solas o de familias pequeñas.
Además, sus precios de adquisición suelen ser más bajos, por lo cual son preferidos por los compradores con presupuestos limitados, por quienes planean comprar su primer vehículo o por quienes buscan su primer auto nuevo.
Si bien hay compactos de alto desempeño con motores de 1 800 o 2 000 cm3, puede decirse que la mayoría de modelos disponibles en el mercado nacional tiene propulsores de entre 1 000 y 1 600 cm3. Esto hace que un gran porcentaje de ellos esté exento del pago del Impuesto Ambiental que rige desde este año, y que se aplica a autos con motores de más de 1,5 litros.
Las marcas que operan en el mercado automotor ecuatoriano ofrecen un amplio abanico de posibilidades para atender los variados requerimientos de los compradores. Desde modelos ultracompactos hasta ejemplares de lujo, pasando por modelos intermedios en tamaño, equipamiento y precio, están disponibles en el medio local.
Si usted planea comprar un auto compacto en el corto plazo, esta edición le servirá como guía. En las siguientes páginas le presentamos algunos de los modelos más representativos del segmento con el detalle de sus características más representativas.