Como muchas tendencias y objetos que con el paso del tiempo despiertan el interés de las nuevas generaciones y recobran vigencia, las motos Vespa hoy en día son vehículos de culto en todo el mundo.
El Ecuador no es ajeno a esa realidad y por eso se han creado asociaciones locales de propietarios del insigne scooter italiano.
Con 20 miembros fijos y algunos otros fluctuantes, el club El Avispero de Quito es el más numeroso del país. Se fundó hace aproximadamente dos años y medio por iniciativa de un grupo de entusiastas deseosos de impedir que la llegada de motos más modernas sepultara la historia y tradición de las Vespa.
Algunos de ellos ya tenían motonetas y otros las adquirieron después. Eso sí, prácticamente todos las sometieron a minuciosos trabajos de restauración para devolverles su esplendor original.
“Aquí se pueden encontrar ejemplares pertenecientes a diferentes líneas y con distintos cilindrajes, fabricados desde 1963”, dice Silvio Morán, integrante del club.
Fieles al espíritu de la marca italiana, varios propietarios las pintaron de colores vivos e incluso con combinaciones de dos o más tonos. Por eso, cada vez que se reúnen son un espectáculo visual que no podría pasar desapercibido.
Inspirado por la agrupación capitalina y con su aval, el ambateño Esteban Andrade llevó la idea a su ciudad y formó ahí una filial del club, hace un poco más de un año.
Él compró su primera Vespa usada en estado regular y la restauró en Ambato. Después adquirió otra de segunda mano y a inicios del 2011 encargó su puesta a punto a los hermanos Napoleón y Franklin Villarroel, quienes tienen un taller especializado en Quito.
Cuando la moto estuvo lista, su impecable estado llamó la atención de una revista local, en la que se publicó una nota al respecto. Ahí, Andrade invitó a que los aficionados a las Vespa lo contactaran con el fin de compartir experiencias e información y organizar paseos.
Hoy en día, El Avispero de Ambato tiene 15 miembros y entre cinco y siete nuevos integrantes potenciales que están restaurando sus motos y podrían sumarse al club hasta finales de este año.
Cabe indicar que ni El Avispero de Quito ni el de Ambato son agrupaciones exclusivas o privadas que requieran el pago de aportes económicos para sostenerse. Morán y Andrade aseguran que ambos clubes están abiertos a cualquier persona que comparta su entusiasmo por estas motos.
Los únicos requisitos para formar parte de estas agrupaciones son tener una Vespa y querer disfrutarla en las actividades que organizan periódicamente.
Hace tiempo, Andrade vio que el crecimiento de la afición ameritaba la realización de un gran evento que congregara a los ‘vespistas’ de diferentes puntos del país.
Por eso, conjuntamente con El Avispero de Quito, están organizando el primer encuentro nacional de Vespa, previsto para el próximo sábado 9 de junio en el Puyo.
Andrade dice que la elección de esa ciudad amazónica como sede de la reunión se dio porque permite viajar en caravanas desde Quito y Ambato y porque ofrece un clima más agradable para los viajeros.
Si bien se calcula que en el encuentro participarán alrededor de 30 ‘vespistas’ de Quito y Ambato, principalmente, los organizadores esperan la llegada de entusiastas particulares de otras ciudades del país o que no pertenezcan a los clubes de Quito y Ambato.
El evento servirá para ampliar el aún reducido grupo de aficionados nacionales, para promover la preservación de las Vespa en el país y para fomentar el turismo nacional.
La participación en el encuentro no tiene costo. Quienes deseen más información pueden comunicarse con Silvio Morán (Quito) a smoranp@gmail.com o con Esteban Andrade (Ambato) a la dirección eandrade1@gmail.com. También pueden ubicar a El Avispero de Quito y Ambato en Facebook.