La Comisión Europea (CE) aspira a desempeñar un papel determinante en la recuperación de la industria automovilística en el Viejo Continente. Para lo cual aprobó recientemente un plan de contingencia e impulsará un acuerdo entre sus principales actores.
“No podemos decidir sobre los cierres de plantas, pero podemos acompañar las reestructuraciones utilizando el dinero europeo, aunque hace falta trabajar con una estrategia para defender los recursos industriales”, afirmó Antonio Tajani, vicepresidente de la CE, al presentar un plan denominado Cars 2020.
El paquete incluye medidas para reforzar al sector automotor, del que, en la Unión Europea, dependen 12 millones de puestos de trabajo directos e indirectos.
“Llevamos seis años consecutivos de contracción en el sector y el cierre de plantas pasó del riesgo a la realidad, lo cual agrava la crisis del empleo”, añadió Tajani.
El director general de la división de Empresa de la Comisión Europea, Daniel Calleja, señaló que es necesario que el sector se adapte a la realidad actual. Calleja se refirió también al impacto social de las reestructuraciones, ya que el cierre de plantas supone la pérdida de puestos de trabajo.
Ford anunció la semana pasada el cierre de su planta en Genk a finales de 2014 y el traslado de parte de su producción a Valencia (España), lo que supondrá el despido de unos 4 300 trabajadores directos.
Por su parte, Steven Kiefer, presidente de la filial europea de Delphi, consideró que el sector puede recuperar la competitividad si corrige el exceso de capacidad.
En Europa actualmente operan 180 fábricas de vehículos, de las cuales al menos 15 trabajan por debajo del 50% de su capacidad. Según la Asociación de Fabricantes Europeos de Automóviles (Acea), esa subutilización está repartida de manera desigual entre productores y países.
Ante esta situación, el Ejecutivo europeo decidió tomar cartas en el asunto y convocó a los Estados miembros, representantes de la industria y sindicatos a reunirse a finales de este mes para estudiar las acciones futuras.
El objetivo es lograr que los actores implicados coordinen que los cierres sean más equilibrados y que el soporte que ofrezcan los países sea más efectivo.
Uno de los objetivos del plan Cars 2020 es mejorar el mercado interno, es decir, tratar de armonizar los planes de estímulo de compra de autos que los 27 países miembros ofrecen en sus territorios.
La CE presentará unas directrices sobre las mejores prácticas para ofrecer incentivos al sector, velando por que cumplan con las normas comunitarias.
Otra de las prioridades del plan es mejorar la competitividad de la industria europea en el mercado global, ya que mientras la demanda interior sigue cayendo, la externa se mantiene en alza y representa una oportunidad.
El cuarto pilar de Cars 2020 es la investigación y la innovación, a las que se destinarán fondos movilizados a través de programas como Green Vehicle, que financia el desarrollo de autos ecológicos.