El cuidado estético de un vehículo va mucho más allá de la limpieza. Hay quienes acostumbran lavar periódicamente el auto o pasarle una franela para quitar el exceso de polvo, sin reparar en que, según cómo se hagan, estos procedimientos pueden causar más perjuicios que beneficios.
Las buenas intenciones no siempre se traducen en acciones eficaces y ejemplos de ello hay muchos.
Es relativamente común que las personas diluyan detergente en polvo en un recipiente con agua para lavar el auto, que la solución jabonosa resultante se aplique en las superficies exteriores con una escoba y que para secar se utilice un trapo con textura rugosa.
Todo esto constituye una suma de acciones erróneas que, en lugar de lograr el efecto deseado, atentan contra la integridad estética del vehículo, afectan la pintura y aceleran su proceso de deterioro.
Este caso, que puede sonar exagerado pero sucede con más frecuencia de lo que usted se imagina, no solo se da por iniciativas particulares, sino también en algunas lavadoras de autos donde, en teoría, se preocupan del cuidado y embellecimiento de los vehículos.
Tampoco falta quien considera que, mientras más tiempo mantenga a su vehículo con la cera aplicada, mejores serán los efectos una vez que la retire, y llega a tenerlo así durante horas, un día entero o hasta un fin de semana.
Como las personas, los autos necesitan productos específicamente formulados para preservar sus cualidades estéticas y retrasar los efectos del paso del tiempo.
Por ello, el mercado pone a disposición una amplia gama de productos orientados a potenciar las cualidades estéticas que, además de embellecimiento, ofrecen protección para las diferentes superficies y recubrimientos.
En el medio local, la tendencia a cuidar los vehículos ha crecido en los últimos años, de la mano del incremento del parque automotor. Los propietarios han adquirido conciencia de que, además de darles un aspecto impecable, la adecuada preservación estética de los vehículos influye decisivamente en su valor comercial.
De ahí la proliferación de los denominados centros de detallado, donde personal debidamente capacitado y con productos de marcas reconocidas se encarga de tareas tales como lavado, aspirado encerado y abrillantado de vehículos, con excelentes resultados.
Como en el caso de los neumáticos y los lubricantes, la adquisición de productos de alta calidad para el cuidado automotor no debe considerarse un gasto, sino una inversión orientada a proteger su patrimonio y a conservarlo en las mejores condiciones posibles.
Si bien el precio de un producto de calidad suele ser mayor que el promedio, cabe sustentar la compra en la relación costo / beneficio.