Si bien el sedán es considerado el auto familiar por excelencia, el auge experimentado por otros segmentos del mercado automotor en los últimos años lo ha relegado parcialmente de esa función.
Hoy en día, al referirse a un vehículo familiar, muchas personas imaginan un modelo más grande, más alto y más espacioso. Y es que, como su denominación sugiere, se trata de un automotor cuya función es transportar a tres o más personas la mayor parte del tiempo que se mantiene operando.
Podría darse el caso de que, con el actual ritmo de vida de las grandes ciudades, una familia busque un vehículo de estas características para utilizarlo exclusivamente los fines de semana y feriados, cuando sus miembros disponen de tiempo para reunirse y compartir.
Por el contrario, podría requerirlo una familia que necesite satisfacer sus requerimientos de transporte cotidiano (llevar y traer a los hijos del colegio y/u otras actividades extracurriculares, ir al trabajo, hacer las compras, etc.).
La búsqueda suele orientarse en función de la necesidad específica. No obstante, la oferta comercial es muy extensa y los clientes tienen varias opciones para escoger.
La clave de una compra inteligente radica en identificar el uso que se le dará al vehículo, para después hacer una selección de los modelos que mejor se adapten a ese requerimiento.
También es importante determinar si será un modelo de uso diario o esporádico, porque según eso pueden adquirir una mayor o menor relevancia aspectos como el tamaño, la facilidad de parqueo o los niveles de consumo de combustible, entre otros.
Las alternativas abarcan varios segmentos del mercado y convendría no descartar ninguna antes de hacer un análisis profundo de lo que se requiere.
Los sedanes o sus variantes familiares (utilitarios) pueden ser una buena opción para quienes transitan por áreas urbanas, principalmente, y no tienen familias numerosas. Entre sus ventajas están la versatilidad, economía de mantenimiento y facilidad de conducción.
Un público más exigente suele optar por los SUV, equipados o no con sistemas de tracción a las cuatro ruedas. Un vehículo más grande y con una posición de conducción más alta suele transmitir una sensación de mayor seguridad, lo cual no necesariamente es así, a menos que incluya un gran equipamiento en materia de seguridad.
La ventaja de estos vehículos está en su capacidad de acceder a terrenos de condiciones muy variadas, lo cual puede aportar el toque de aventura a los paseos familiares de fin de semana.
Una tercera alternativa está en los monovolúmenes y minivans, que privilegian el espacio interior y la comodidad de los pasajeros.
Son ideales para realizar viajes largos, pues el nivel de confort que proporcionan a los ocupantes de todas las plazas (por lo general entre 7 y 9) es difícil de igualar.