Daniel Galarza jamás participó en una competencia oficial de karting, pero se convirtió en un destacado piloto y copiloto de rally.
En el mundo ‘tuerca’ es habitual que los pilotos se inicien en el karting antes de dar el salto al rally. La historia de Galarza no fue así.
Él se acercó al automovilismo a los 14 años gracias a sus primos. Ellos solían llevarle al kartódromo desde que era niño. En esa época, solo acudía como espectador. De vez en cuando subía a un kart para dar unas vueltas, pero jamás compitió. “En esa época no había dinero para comprar un kart ni para mantenerlo todo un año”, recuerda mientras observa los trofeos y medallas de su hogar.
Su falta de experiencia en el karting le ocasionó problemas cuando debutó en rally. Así, en su primera carrera se volcó. “Cuando estaba en el auto no me pude controlar. Solo quería acelerar…”, comenta con picardía el copiloto.
Germán Saá lo motivó para que se dedicara al rally. Él era su compañero de Universidad, en Latacunga, en la juventud. “Un día Germán llegó y me dijo: me compré un auto de carreras, ¿quieres correr conmigo?, Yo le respondí: ¡Quién dijo miedo!”, recuerda.
Entonces, se inició en el automovilismo. En su primera carrera, junto a Saá, repasó constantemente el recorrido de la ruta para no equivocarse. La dupla tuvo éxito y en el 2002 alcanzó el primer lugar del campeonato provincial de rally y el tercero en el escalafón general.
Aunque parecería que saber conducir es el único requisito para competir en rally, esto no es así. Hace falta una preparación física y mental que se complementa con las habilidades en el auto. Galarza lo sabe y por eso hace una rutina de ejercicio aeróbico que se complementa con gimnasio.
Además, debe incluir ejercicios de agilidad mental. Estos se suman al entrenamiento que hace en el auto de carreras.
Según el copiloto, la combinación de estos ejercicios “ayuda a no perder el ritmo y a cometer menos errores durante la carrera”.
Este entrenamiento es necesario, pues estar dentro de un auto de carreras no es cómodo. “El asiento es duro, tienes un arnés que te aprieta el pecho. La ropa antiflama y el casco son pesados. Después de 15 minutos de carrera, el embrague, los frenos y el volante se vuelven duros. Además, el auto está a una temperatura de 35 grados”, dice este fanático del automovilismo.
Galarza también fue piloto. En el 2004 logró comprar un auto de carreras que lo utilizó hasta el 2009. En el 2005 ganó la Vuelta a la República en la categoría 0-1150cc, y se ubicó en el tercer lugar del campeonato nacional. También participó en la copa Peugeot.
En el 2009 volvió a participar en el rally como copiloto. En su regreso, logró nuevamente el primer lugar en el campeonato nacional. En el 2011, junto a Rubén Cuenca, corrió el Nacam en México, Costa Rica y Perú. El mismo año, esta dupla alcanzó el primer lugar en el Regional del Austro y el segundo puesto en el Nacional. El año anterior conquistó otra vez el Regional del Austro.
Galarza confiesa que la relación piloto-copiloto está basada en la confianza. “Mi trabajo es ir ‘cantando’ la ruta al piloto. Es decir, advertir sobre la intensidad de las curvas, la velocidad. Yo debo darle la mayor cantidad de datos para que él pase la curva rápido. Si nos equivocamos, podría ser fatal”.
Su nuevo reto, junto a Rubén Cuenca, es el Mundial de rally (del 1 al 4 de mayo), en Argentina. También se alistan para el Sudamericano en Brasil (el 17 al 19 de mayo), Paraguay, Bolivia y Uruguay. Ellos consiguieron el dinero y participarán en las cuatro válidas Hoja de vida
Nació en Ambato. A los 14 años se inició en el automovilismo. En el 2002 se coronó campeón Provincial de Automovilismo Absoluto de Tungurahua Es ingeniero de mecánica automotriz.