La crisis ha terminado para las automotrices alemanas, que en los últimos días compiten por ver quién supera más récords de ventas, de facturación y de beneficios.
Martin Winterkorn es el presidente del consejo de administración de Volkswagen, que gana a la hora unos USD 2 600, poco si se compara con lo que consiguió su compañía en el 2011: 15 800 millones de euros (unos USD 23 700 millones al cambio actual).
Pero también BMW, Daimler, Audi y Porsche, firmas de una gama aún más alta, batieron sus propias marcas. Nunca antes los fabricantes vendieron más vehículos y nunca entró tanto dinero a las arcas. De ello también se aprovechan los trabajadores, que recibirán premios igualmente récord.
No hace mucho que la reciente crisis económica afectó a las automotrices alemanas. Los críticos en la industria los acusaron de llegar demasiado tarde al automóvil eléctrico, de haberse mantenido fieles demasiado tiempo a vehículos grandes y bastante caros.
Pero la crisis apenas fue una abolladura en el robusto chasís de las firmas del sur de Alemania. El viento a favor volvió pronto y con más fuerza para sorpresa incluso de muchos directivos.
La industria, que cumple 125 años, está más joven que nunca. Y no se acaba aquí: para los próximos años han previsto más crecimiento gracias a regiones como Asia y Estados Unidos.
Porsche comunicó hace poco sus cifras de venta récords basadas, especialmente, en que la demanda aumentó en China un 65%. Los 24 000 automotores vendidos son una quinta parte de todos los vehículos expedidos. China es ya el mercado de ventas más importante para la firma de deportivos después de Estados Unidos.
Los tres grandes mercados de BMW, que está estudiando abrir una cadena de montaje en Brasil, fueron EE.UU., Alemania y China. Las firmas pueden aprovechar todo el dinero que ahora se acumula. Las estrategias no están marcadas únicamente por la crisis de deuda europea y las tristes expectativas de coyuntura económica.
“2012 será un año clave”, dijo el presidente del consejo directivo de BMW, Norbert Reithofer, en la presentación del balance del 2011.
Y aunque el dinero llega sobre todo por la venta de autos grandes y caros, también hay costosas inversiones en ámbitos diferentes: el desarrollo de motores alternativos, como para los autos eléctricos, la mejora de la tecnología y los procesos de producción más respetuosos con el medio ambiente.
Solo Volkswagen quiere hasta el 2016 invertir unos USD 93 600 millones, de los que dos tercios irán a proyectos que no solo quieren hacer la empresa más grande, sino también más verde. La competencia extranjera está por detrás. Toyota, que hasta el terremoto en Japón hace un año era el mayor fabricante del mundo, quiere volver de nuevo a ser el número uno; Hyundai sacude desde Corea del Sur el mercado internacional y no deja de crecer.
También la alianza entre General Motors (GM) y la francesa PSA (Peugeot) amenaza el poderío alemán en el sector. A pesar de todo, la cooperación es algo habitual en la industria. De este modo, BMW ya trabaja junto a GM y también con PSA en el tema de los motores. También BMW compra piezas junto a su gran rival, Daimler.
Todas las alianzas tienen un objetivo: compartir gastos y tecnologías, y ahorrar dinero.
Fuentes: DPA y Reuters