General Motors (GM) presentó en el Salón de Detroit la séptima generación del emblemático Chevrolet Corvette, que el consejero delegado del grupo, Dan Akerson, ve como el inicio de una nueva etapa para el gigante del motor estadounidense tras el proceso de bancarrota.
La simbólica llegada de un nuevo Corvette, algo que no se producía desde el 2005, tuvo lugar en un evento reservado a unos pocos la víspera del inicio de dicha exhibición en el que GM quiso derrochar todo su optimismo.
El nuevo Corvette intenta resucitar el espíritu de sus mejores años devolviendo al modelo el apellido Stingray, popularizado por Corvette en el año 1963, durante la hegemonía mundial de la industria del motor estadounidense.
El nuevo diseño, más afilado que el de su predecesor, encierra bajo el capó delantero un motor de 6,2 litros de 8 cilindros en V con 450 caballos de potencia, regulado por lo último en controles electrónicos.
Un chasís menos pesado, gracias al aluminio y una carrocería que integra la fibra de carbono, rebaja el centro de gravedad y permite más estabilidad, que además de adaptarse mejor a las curvas hace que este sea el Corvette más eficiente en cuanto a consumo, ya que puede recorrer 11 kilómetros con un litro de gasolina.
En declaraciones a la agencia Efe durante el evento, el consejero delegado de GM, Dan Akerson, apuntó que “este es el primer vehículo que ha sido diseñado de principio a fin después del proceso de bancarrota (iniciado en el 2009) y es un ejemplo de lo que es GM hoy en día”.
Según Akerson, “es la muestra de que la marca Chevrolet se ha fortalecido en todos los segmentos. Este vehículo en especial es una declaración de intenciones de la inventiva estadounidense, de nuestra tecnología; es un ejemplo de nuestra apuesta por el riesgo”.
Por su parte, el vicepresidente de diseño de GM, Ed Welburn, aseguró: “Aquellos que lo conduzcan verán por lo divertido que es conducir que merece llamarse Corvette Stingray”.
Fuente: EFE
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