Menos de dos meses antes del inicio de la edición 34 del Rally Dakar, el quinto que se celebrará en Sudamérica, una treintena de pilotos de ocho nacionalidades, novatos en la prueba, volvieron a la escuela para aprender los entresijos del mayor rally-raid del mundo.
Para participar en una carrera de la enjundia del Dakar, ya no es suficiente saber manejar un manillar de moto o un volante y pisar a fondo el pedal del vehículo.
Los autos, las motos, los ‘quads’ (cuadrones) y los camiones que compiten actualmente están llenos de electrónica, de aparatos sofisticados que facilitan la navegación y, sobre todo, que mejoren la seguridad de los participantes y espectadores, que los más neófitos deben aprender a utilizar.
Pero la aventura comienza con un lápiz y un papel. Primero, los novatos deben aprender a leer el Roadbook (Libro de Ruta), el documento que detalla el recorrido de las 13 etapas de la próxima edición del Dakar, que se celebrará del 5 al 20 de enero del 2013.
Ante un centenar de signos y misteriosas abreviaturas a descifrar, el piloto ‘profano’ se mete en la piel de Jean-François Champollion, el egiptólogo francés del siglo XIX que descifró aquellos jeroglíficos del antiguo Egipto.
Después se pasa a la parte más técnica: ¿cómo utilizar el GPS?, ¿cuál es la función del Iritrack (el ángel guardián de los participantes, que marca permanentemente su posición y permite alertar a los equipos de socorro), ¿cómo funciona el dispositivo Sentinel (señal sonora que alerta de una solicitud para adelantar o indica un accidente), entre otros sistemas?
Sobre el terreno, los participantes deberán tener todo eso memorizado y asimilado para aplicarlo de la manera más rápida y automática posible.