La segunda y última semana del Rally Dakar arrancó con la categoría de autos convertida en un duelo entre el francés Stéphane Peterhansel y el catarí Nasser Al-Attiyah, mientras que la de motos está completamente abierta, algo inédito en los últimos años de esta mítica carrera.
Hasta el momento, la caravana del Dakar ha surcado las dunas del sur de Perú, ha navegado por el árido desierto de Atacama y ha cabalgado por la Sierra del noroeste de Argentina, para regresar a territorio chileno.
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Estos días han bastado para que la prueba de autos nomine a sus dos candidatos a la gloria. Los elegidos son Peterhansel y Al-Attiyah. Solo un giro inesperado evitaría que uno de estos pilotos se lleve el triunfo final. La superioridad sobre sus contrincantes es manifiesta.
Peterhansel (Mini) lidera el Rally con una pequeña ventaja sobre el catarí. Monsieur Dakar, que cuenta en su palmarés con 10 estatuillas del Rally (seis en motos y cuatro en autos) ha mostrado hasta ahora la fiabilidad de un reloj suizo. Conoce bien el funcionamiento de su Mini y es poco habitual verle cometer errores importantes. “He sido el piloto más constante desde el principio”, afirmó Peterhansel después de la novena etapa.
Al frente tiene a Nasser Al-Attiyah, probablemente el piloto más rápido de toda la caravana del Dakar. Este año, sin embargo, ha dejado de lado los riesgos y la agresividad al volante y se ha propuesto cuidar el nuevo Buggy y esperar la ocasión propicia para asestar el golpe que le permita adelantar a Peterhansel.
El nuevo automóvil del catarí ha supuesto una bocanada de aire fresco para la carrera, acostumbrada al dominio de marcas oficiales, como Volkswagen.
Fuente: EFE
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