El automovilismo deportivo está de luto. El ex piloto y diseñador de bólidos de competencia estadounidense, Carroll Shelby, falleció hace pocas semanas a los 89 años, debido a complicaciones derivadas de una enfermedad pulmonar.
Indudablemente, Shelby fue una de las más grandes figuras del deporte y la industria automovilística de su país. Por ello, en las siguientes líneas repasamos algunos datos de su vida y de su exitosa trayectoria en las actividades que dieron reconocimiento a su nombre.
Carroll Shelby nació en Leesburg, Texas, el 11 de enero de 1923. Cuando cumplió 7 años, su familia se trasladó a Dallas, donde cursó la primaria y la secundaria.
Poco después, Shelby se alistó en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, donde sirvió como piloto e instructor de vuelo durante la Segunda Guerra Mundial.
A su regreso al país, incursionó en negocios como la recolección de basura (poseía una pequeña flota de camiones), la explotación de petróleo y la crianza de aves, en los cuales no tuvo mayor éxito.
A los 29 años descubrió su verdadera pasión, cuando al volante de un MG TC británico participó y ganó una competencia llevada a cabo en Norman, Oklahoma.
Aquel debut victorioso llamó la atención de marcas europeas como Ferrari y Maserati, que lo contrataron para pilotar sus autos en diferentes competencias.
Tras un breve paso por la Fórmula 1, en donde pilotó para Maserati y Aston Martin, se impuso en las 24 Horas de Le Mans de 1959, a bordo de un bólido de la marca inglesa. [[OBJECT]]
Aquel triunfo tuvo una significación especial, pues la prueba francesa tradicionalmente había sido conquistada por pilotos europeos, y Shelby rompió esa hegemonía.
Sin embargo, ese mismo año debió abandonar las competencias debido a un serio padecimiento cardíaco que constantemente lo amenazaba con un infarto.
En 1960, Shelby conoció el deportivo compacto 427 de la empresa británica AC Cars y se le ocurrió que su ligereza, unida a un motor más potente, sería una fórmula perfecta para batir a los Chevrolet Corvette en las pistas.
Así, se puso en contacto con los directivos de la marca para que le facilitaran un chasís al que pudiera acoplar un motor Ford V8. Así nació el AC Cobra, nombre que surgió de un sueño de Shelby en el que vio a una de esas serpientes sobre el capó del vehículo.
Los primeros ejemplares del AC Cobra estuvieron listos en 1963, provistos de un motor de 7 litros y 400 caballos que se convirtió en el rey de las pistas de competencia.
En vista del éxito de este modelo, Ford pidió a Shelby que preparara su modelo GT 40 para las 24 Horas de Le Mans de la segunda mitad de los años sesenta. Shelby fue el artífice del triunfo de Ford en esa prueba entre 1966 y 1969.
A inicios de los noventa, Shelby colaboró en el diseño de otro ícono estadounidense al que también se bautizó con el nombre de una serpiente: el Dodge Viper (víbora).
Gracias a sus aportes a la industria y al deporte automovilístico, Shelby fue incluido en el Salón de la Fama de la Automoción en 1992.
No obstante, en una entrevista concedida a CNN en una ocasión, se rehusaba a reconocer sus logros en esos ámbitos.
“Yo solo hacía los negocios que se me iban ocurriendo. Algunos me salían bien y otros no. Cuando uno se echaba a perder, simplemente empezaba otro”, declaró.
Fuentes: 800 vueltas.com y autos.terra.com