Pese a las amenazas del presidente estadounidense Donald Trump sobre gravar con impuestos la importación de autos procedentes de México, y al reciente inicio del procedimiento para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, México sigue siento el principal proveedor de automóviles de EE.UU. y la inversión extranjera en la industria automovilística mexicana aún no se ha visto perjudicada.
Como prueba de ello cabe citar el caso de Kia, que hace pocos días dio a conocer que superó en un 90% la estimación inicial de producción de vehículos en la planta que inauguró en el estado de Nuevo León, hace un año. La marca coreana fabricó 170 500 unidades entre mayo del 2016 y mayo del 2017, en lugar de las 90 000 que se había propuesto producir durante el primer año de operaciones de la flamante factoría.
Esas contundentes cifras son el resultado de varios factores, entre ellos la confianza que para los inversionistas extranjeros genera la existencia de seguridad jurídica y de reglas de juego claras para sus negocios. Ecuador está iniciando una nueva era política y convendría a las autoridades emular ciertas estrategias de desarrollo de otros países.