Una multa en Brasil avivó el escándalo de la marca alemana por la manipulación de las emisiones contaminantes de sus vehículos de diésel.
El Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) multó con USD 13 millones a la subsidiaria de Volkswagen en ese país por haber modificado el ‘software’ de control de emisiones en algunos de sus vehículos, informaron fuentes oficiales.
La multa es la mayor permitida para casos de ese tipo por la Ley de Crímenes Ambientales, informó el Ibama en un comunicado.
A finales de octubre el fabricante de automóviles admitió que manipuló el ‘software’ con que se miden las emisiones contaminantes de los motores de diésel de la camioneta Amarok, producida en Argentina y comercializada en Brasil.
Volkswagen dijo que en el 2016 llamará a revisión a los propietarios de 17 057 vehículos de los años 2011 y 2012 afectados por esta acción, con el fin de llevar a cabo una actualización del programa que no implicará una disminución en el rendimiento del motor.
El Ibama comenzó a investigar a Volkswagen en septiembre pasado, cuando la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) emitió un aviso sobre la violación de su legislación sobre contaminación atmosférica.
Según publicó esta semana la agencia de noticias económicas Bloomberg, con el fin de superar las consecuencias del escándalo Volkswagen negocia varios créditos millonarios.
Varios modelos VW 2016 con motor de gasolina recibieron manipulaciones.
Se trataría de préstamos de corto plazo por USD 21 500 millones para sufragar los reveses económicos y gastos extraordinarios que surgirán del escándalo.
No obstante, la nota enfatizó que la petición de un crédito no necesariamente significa que la compañía esté atravesando problemas económicos graves, sino que esos fondos pueden servir para cubrir gastos imprevistos o incluso para pagar deudas anteriores.
Volkswagen reconoció que la Amarok vendida en Brasil también sufrió alteraciones.
Varias semanas después de que estallara el escándalo por la manipulación en las emisiones de sus autos equipados con motores de diésel, Volkswagen tuvo que admitir que también había falseado los datos de emisiones de dióxido de carbono en vehículos de gasolina.
Más de la mitad de esos autos, unos 430 000, son modelos 2016 que ya estaban listos para ser vendidos al público en los concesionarios de varios países.