La concentración, los gestos, las miradas, todo parece indicar que están al mando de un bólido de carreras…pero no, conducen un auto a control remoto desde una tarima.
Ellos son los pilotos de automodelismo que participaron en la inauguración de la pista Miniápolis, ubicada cerca de la plaza de Cumbayá, al noreste de Quito.
La casa comercial Racing Hobbies (leer recuadro), que vende modelos a escala, es la propietaria de la pista que registra características idóneas para la práctica de esta actividad y cuya popularidad ha crecido en los últimos años.
Cerca de 200 personas, entre pilotos y aficionados, se dieron cita a este evento que, según palabras de Danilo Monge, el máximo ejecutivo de la mencionada empresa, sirve para la recreación más que para la competencia en sí misma.
“Lo que queremos es unir a la familia mediante nuestra afición por el automodelismo. Tenemos el escenario ideal, los autos y todo para que esta sea una fiesta”, sostuvo Monge antes de las carreras. [[OBJECT]]
Además, el empresario, muy emocionado, agradeció el trabajo realizado por sus colaboradores, el respaldo de sus clientes y amigos, así como el apoyo incondicional de sus familiares cercanos: padres, esposa e hijos. A continuación, se organizaron las categorías y la diversión, la emoción y la adrenalina se apoderaron de la pista.
Daniel Valarezo, un arquitecto de 37 años de edad, asegura que lo que se requiere para la práctica de esta disciplina es mucha práctica y constancia. “Estar en las pistas y conocer a los autos para poder calibrarlos son puntos clave para disfrutar de esta actividad”, sostiene Valarezo, un aficionado que lleva 12 años pilotando autos a escala. [[OBJECT]]
Aunque todos los autos tienen un chasís similar (TT01), las carrocerías difieren, por eso existen diversas categorías y por lo mismo puesta a punto es fundamental para tener éxito. Entre los autos participantes encontramos modelos como Volkswagen Sirocco, BMW Z4, Porsche 911, Ferrari F1, Lotus F1, Mitsubishi Lancer, McLaren…
Andrés Baldus, otro de los pilotos participantes del evento, afirma que un buen piloto debe tener mucha afición pero también una motricidad fina bien desarrollada, al igual que una capacidad de concentración alta. [[OBJECT]]
“Yo he conducido autos de carrera y la experiencia es muy parecida a la de pilotar un bólido a control remoto: la adrenalina fluye igual”, manifiesta este publicista de 23 años, 18 de ellos dedicado al automodelismo. Sin duda, una disciplina capaz de generar todas las sensaciones de los grandes premios del deporte motor.