Alonso inclinó la balanza a su favor

Fernando Alonso (Ferrari) conduce su vehículo en el cicuito urbano de Valencia. REUTERS

Fernando Alonso (Ferrari) conduce su vehículo en el cicuito urbano de Valencia. REUTERS

Las lágrimas de emoción derramadas por Fernando Alonso en el podio del GP de Europa pusieron en evidencia que la del domingo fue la mejor victoria de su carrera, tal como declaró a la prensa.

Se trató del segundo triunfo ante su público (ganó con Renault en Montmeló en el 2006), pero fue el primero como piloto de Ferrari, equipo con el que aspira a lograr su tercer título mundial tras las decepciones del 2010 y 2011.

Además de la más emocionante, hay quienes califican a la de Valencia como la mejor carrera del español en la F1, por el conjunto de circunstancias que en ella se dieron y que desembocaron en una victoria tan contundente como inesperada.

En primer lugar está el indudable talento del español para ganar posiciones desde la misma largada (partió en el puesto 11), pese a que el F2012 todavía no ha superado sus problemas de rendimiento.

En teoría, el desempeño del monoplaza rojo aún está por debajo de los Red Bull, McLaren, Lotus y Williams, pero Alonso se las ha arreglado para sumar puntos en todas las carreras de esta temporada.

Por otro lado, su espectacular remontada de posiciones (ayudada por la estrategia en pits) se dio en un estrecho circuito callejero que deja poco espacio para los adelantamientos, con lo cual demostró que nunca da una carrera por perdida.

Y para complementar todo lo anterior, el repentino abandono de sus dos rivales más cercanos le devolvió un liderato en la clasificación general que, si administra con cuidado, pudiera ser su as bajo la manga hasta noviembre.

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