El cuidado es clave para la vida útil

Motos

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Como cualquier tipo de vehículo de motor, las motos requieren un mantenimiento rutinario que permita conservar los componentes mecánicos en óptimo estado, para así ofrecer largos años de fieles servicios.

Por tener muchas menos piezas, estas tareas son más sencillas y económicas de realizar en comparación con un auto. No obstante, en algunos casos los plazos también suelen ser más reducidos y el usuario debe ser muy riguroso con su cumplimiento, para evitar posibles problemas de funcionamiento.

La tarea básica es el cambio de aceite. Por lo general, el lubricante debe cambiarse cada 1 000 kilómetros en el caso del aceite mineral, y cada 2 000 en el caso del semisintético.

Esto se debe a que en las motos el aceite del motor también lubrica la caja de cambios y el embrague, por lo cual se deteriora más rápidamente.

Es muy importante no alargar innecesariamente los plazos de cambio, pues los daños derivados de ello a los componentes internos pueden ser considerables.

Cabe señalar que con cada cambio de aceite también debe cambiarse el filtro, pues se encarga de retener los fragmentos de metal que se desprenden por efecto de la fricción entre los componentes.

Cuando es necesaria, también se debe hacer una limpieza del carburador, pues las impurezas del combustible en ocasiones tapan los conductos, lo cual deriva en pérdidas de potencia.

Es importante revisar el estado de la o las bujías (en el caso de motores con más de un cilindro), para garantizar que el proceso de combustión sea idóneo.

El chequeo del estado de las llantas, pastillas y zapatas de freno es vital para garantizar la seguridad de los ocupantes.

El tensado y lubricado periódico de la cadena contribuye al buen funcionamiento y alarga la vida útil de los demás componentes de la transmisión (piñón y catalina).

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