Altamore y Nucci dan a las Kombi los acabados que sus clientes les soliciten. AFP
La restauración y posterior venta de viejos ejemplares del Volkswagen T2 o Transporter, mejor conocido como Kombi, se ha convertido en un negocio rentable para un taller mecánico en Florencia, Italia.
Su propietario, Mauro Altamore, cayó en cuenta de ello durante los años en los que vivió en Brasil por cuestiones de trabajo, en vista de la cantidad de ejemplares del modelo que veía circular por las calles de ese país y de la alta demanda que tienen en toda Europa.
Es que la Kombi se fabricó en Brasil hasta el 2013, mientras que Alemania dejó de producir el modelo en 1979. De ahí la gran disponibilidad de unidades en el país sudamericano, que le dio la idea de comprarlas para llevarlas a Italia, restaurarlas y comercializarlas.
Las partes estética, estructural y mecánica son objeto de profundas reparaciones. Algunos ejemplares tienen más de 50 años a cuestas. AFP
Hace siete años, Altamore se asoció con el mecánico especializado Giacomo Nucci, montaron el taller y desde entonces han restaurado tantas Kombi que han perdido la cuenta. Algunos de esos vehículos tienen más de 50 años de antigüedad, pero según Nucci, después de ser desmontados, reparados y a veces hasta adaptados a las tendencias actuales, pueden resistir otro medio siglo.
Altamore asegura que entre sus principales clientes se cuentan coleccionistas y empresas dedicadas a diferentes actividades. Las del sector de la moda, por ejemplo, suelen solicitarles Kombis ‘a medida’ para sesiones de fotos o elaboración de catálogos publicitarios.
Los trabajos de restauración pueden tomar semanas o meses. El taller garantiza la total satisfacción de los clientes a los que atiende. AFP
Y los interesados en adquirir esos vehículos no solo son italianos, sino que provienen de diferentes partes de Europa, pues el reconocimiento por el trabajo de Altamore y Nucci trascendió las fronteras del país de la bota.
Los Escarabajos también son vehículos que pasan por este taller, pero no para restaurarlos sino para ser donantes de motores, transmisiones y ejes de las Kombis en proceso de restauración. Según Altamore, una Kombi totalmente restaurada puede venderse por un valor que oscila entre
USD 10 000 y 50 000, dependiendo del trabajo que se le haya hecho, de lo que el cliente haya solicitado o de si se trata de una versión especial y particularmente rara de la Kombi.
Tal fue el caso de un lujoso modelo de 1950 conocido popularmente como ’23 ventanas’, que alcanzó la astronómica cifra de USD 200 000 en una subasta hace dos años.