Los baches son grandes enemigos de estos elementos. Para preservarlos conviene desplazarse a baja velocidad sobre pisos irregulares.
Por ser los encargados de absorber las irregularidades de la superficie, los amortiguadores cumplen un rol determinante en la suspensión de un vehículo. Además, contribuyen a la estabilidad y a la eficacia de frenado, al mantener las ruedas pegadas al piso.
Independientemente del tipo de suspensión, todos los vehículos usan estos elementos.
De ahí la importancia de mantenerlos en buen estado, o de reemplazarlos oportunamente una vez concluida su vida útil.
La primera señal de que un amortiguador ya no cumple de manera eficaz con su tarea es la pérdida de confort. En el habitáculo empiezan a sentirse vibraciones y balanceos de la carrocería a partir de los 70 km/h. Los neumáticos experimentan un desgaste irregular, pues no se asientan bien sobre el asfalto y hasta rebotan.
OTROS DETALLES
El reemplazo. Juan Carlos Lema, jefe de Taller del concesionario Vallejo Araujo, indica que los amortiguadores son elementos mecánicos que no pueden ser reparados, por lo cual siempre deben ser reemplazados por otros nuevos.
Durabilidad. En condiciones óptimas (uso normal mayoritariamente por caminos asfaltados), los amortiguadores de cualquier vehículo están diseñados para proporcionar una durabilidad de entre 70 000 y 100 000 kilómetros.
El mal estado de los amortiguadores incluso puede afectar a otros elementos de la suspensión, tales como rótulas, terminales y resortes, que deben realizar un esfuerzo adicional y pueden llegar a sufrir un desgaste prematuro.
Independientemente del tipo de suspensión, todos los vehículos usan estos elementos.
Cuando el vehículo presenta estos síntomas, el propietario o usuario debe acercarse a un taller mecánico o establecimiento especializado, con el fin de realizar un diagnóstico del estado de la suspensión. En primera instancia, se realiza una inspección visual para detectar si uno o más amortiguadores presentan fugas de aceite, pues esa es una señal casi inequívoca de que la cámara de presión interna se ha roto y el amortiguador ya no cumple su función.
Para tener un diagnóstico más preciso, en un establecimiento que disponga de este servicio se pueden probar las vibraciones, tal como lo hacen los Centros de Revisión Vehicular. Si el grado de eficacia del amortiguador es inferior al 60%, el reemplazo es inminente.
Aunque hay quienes prefieren cambiar los amortiguadores por pares del mismo eje, lo recomendable es cambiar los cuatro al mismo tiempo. Esto se debe a que cuando uno presenta fallas se produce un desequilibrio en el conjunto de la suspensión.
En las suspensiones independientes tipo McPherson, para realizar
el cambio se requiere desmontar el conjunto amortiguador-resorte.
Una vez hecho el cambio, conviene hacer una evaluación general del estado de los otros componentes de la suspensión y, posteriormente, alinear las ruedas, ya que con el desgaste y el cambio se altera la geometría. Con ello se verifica que los parámetros de funcionamiento del vehículo vuelvan a los valores que establece el fabricante.
La resistencia y la durabilidad de los amortiguadores están directamente ligadas al estilo de conducción. Si una persona maneja rápido o de manera agresiva sobre un camino irregular, los amortiguadores tendrán una vida útil reducida.
El tiempo del cambio depende del tipo de suspensión, pero generalmente tarda entre dos y tres horas.