La vida útil de los neumáticos se puede extender

La revisión periódica es fundamental para alargar la vida de las llantas.

La revisión periódica es fundamental para alargar la vida de las llantas.

Cuatro tareas básicas permiten optimizar el desempeño de las llantas y alargar su vida útil: alineación, balanceo, rotación y control de la presión de aire.

La primera de ellas consiste en corregir la geometría de la suspensión, que se altera por efecto del rodaje, la carga o las irregularidades, para que la posición de las ruedas sea siempre perpendicular en relación con una superficie plana.

Esto permite que el desgaste de la banda de rodamiento sea uniforme, reduce ruidos al tomar curvas a velocidad y mejora la eficacia de la frenada. Se recomienda hacerla cada 10 000 km de recorrido.

El balanceo no es otra cosa que colocar pequeñas pesas en determinados puntos de los bordes del aro, con el fin de eliminar las vibraciones que se generan a partir de los 80 km/h por efecto de golpes o caídas en baches.

Esta tarea aporta significativamente al confort y devuelve el placer a la conducción. Se recomienda hacerla conjuntamente con la alineación o cada vez que la dirección del vehículo presente vibraciones durante la aceleración.

Por soportar la mayor fuerza de frenado debido a la transferencia de masas y por cumplir la función de dirección, las ruedas delanteras sufren un mayor desgaste que las traseras. Por ello se recomienda rotarlas cada 10 000 kilómetros.

En el caso de los vehículos de tracción delantera se deben pasar las de adelante hacia atrás y viceversa en el mismo lado, mientras que en los de tracción trasera o total deben cambiarse en X.

El control de la presión no es sino mantener la cantidad de aire de las llantas en los niveles indicados por el fabricante del vehículo.

Esta información suele estar en adhesivos pegados en los marcos de las puertas delanteras. A menor presión, mayor consumo de combustible, mientras que a mayor presión, menor confort.

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