Calidad de aire y de vida

Una de las principales conclusiones y recomendaciones que dejó Hábitat III, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible desarrollada en Quito hace pocos días, fue que las diferentes administraciones territoriales deben cuidar la calidad del aire, como parte de un conjunto de acciones orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas.

Es innegable que los vehículos con motores de combustión son una importante fuente de contaminación ambiental, pero debemos reconocer que en los países en desarrollo la masificación de vehículos híbridos -y peor aún eléctricos- no se dará en el corto ni en el mediano plazos.

Pero eso no quiere decir que no se puedan tomar otras acciones concretas. Una de ellas se dio hace unos años cuando el Gobierno decidió mejorar la calidad de los combustibles. Otra son los controles periódicos a los vehículos livianos y pesados, públicos y privados, para cumplir con las normativas vigentes en las diferentes ciudades.

No obstante, cada vez que se ve en las calles a vehículos que son verdaderas fábricas de humo rodantes, queda la duda de que estos procesos se estén cumpliendo de la manera apropiada.

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