Con la vigencia de la resolución 66 del Comité de Comercio Exterior (Comex), que estableció restricciones a las importaciones de vehículos desde junio del 2012, las presentaciones de nuevos vehículos en el país se han reducido en comparación con los años anteriores.
Esto resulta lógico si se toma en cuenta que en un mercado limitado las marcas deben seleccionar cuidadosamente los modelos que van a comercializar para cumplir con los cupos asignados, pues de ello pudiera depender su propia supervivencia.
En tal sentido, los representantes locales de los fabricantes automovilísticos han sabido adaptarse a las circunstancias y desarrollar sus actividades con relativa normalidad, pese al contexto adverso. Ello se evidencia en el lanzamiento de modelos que han gozado de buena aceptación popular y que han mantenido la dinámica del sector automotor.
Ahora, aún con la incertidumbre de lo que sucederá en el 2015 respecto de la restricción, y con el anuncio de la exigencia de más elementos de seguridad para los vehículos año/modelo 2016, tanto los importadores como los ensambladores locales tienen ante sí un nuevo desafío para satisfacer las exigencias gubernamentales y de los usuarios.