Como parte de un proyecto en el que reunió a expertos y aficionados de la industria automovilística mundial para tratar de crear el automóvil del futuro, un fabricante de neumáticos japonés llevó a cabo una encuesta en varios países de Europa sobre cuáles serán los combustibles del mañana y en qué plazos llegarán.
Un 79% de los consultados consideró que el diésel y la gasolina serán cosa del pasado en un lapso de 25 años, tiempo en el que serán sustituidos por los eléctricos, mientras que un porcentaje muy similar declaró que el hidrógeno será la energía que se impondrá después de medio siglo.
Si la expectativa de los habitantes del Primer Mundo es depender de los derivados del petróleo durante al menos el próximo cuarto de siglo, no resulta ilógico deducir que en los países en vías de desarrollo tendrá que pasar más tiempo hasta contar con las infraestructuras necesarias para renovar sus parques automotores.
No obstante, es indudable que la brecha del desarrollo entre diferentes regiones se ha reducido en las últimas décadas. Vale la pena soñar con que para el 2039 pasemos de ser consumidores a productores y hasta exportadores de esas y otras tecnologías.