María Emilia Torres y CarlosRocha, ejemplos del deporte

María Emilia Torres (der.) en una competencia de gimnasia. A la izq., Carlos Rocha en un campeonato nacional de ciclismo. Fotos: Achivos personales

María Emilia Torres (der.) en una competencia de gimnasia. A la izq., Carlos Rocha en un campeonato nacional de ciclismo. Fotos: Achivos personales

María Emilia Torres (der.) en una competencia de gimnasia. A la izq., Carlos Rocha en un campeonato nacional de ciclismo. Fotos: Achivos personales

La sonrisa en su rostro, en estos días, es un aliento de vida para su familia, para sus amigos, y para el país. María Emilia Torres grabó un video de 9 segundos y en él pide: “Por favor estén en sus casas. Gracias, chao” y se despide con un beso para ablandar la incertidumbre que hoy se siente por la presencia del covid-19.

Con su ingenuidad se unió a la campaña que emprendieron muchos personajes de televisión, del cine y del deporte. Está consciente de lo que pasa porque su agenda se trastocó ya que usualmente va a clases todos los días y asiste a terapias de lenguaje, a sesiones de gimnasia y ballet. Además, los sábados los dedica a las jornadas de Olimpiadas Especiales.

El 2018 ganó cinco medallas de oro en los Juegos Nacionales de Olimpiadas Especiales, en Quito. El año pasado alcanzó otras de oro en México, en un Internacional Interclubes.

“Ahora estamos en casa y le hemos explicado que no podemos salir. También que el coronavirus es una epidemia que está causando daños”, relata Mery Mosquera, su madre.

A la hora de orar, antes de los alimentos, “Emilita dice: fuera coronavirus, no te queremos”, añade la madre.

El 21 de marzo, el mundo recordó el día de las personas con Síndrome de Down, condición que ha sabido llevar adelante en el colegio y las actividades extracurriculares. “Cada año siempre hacemos una celebración, pero esta vez solo se pidió pizza para comer en la casa. María Emilia llamó a sus amiguitas que tienen su misma condición”.

Fue Mery quien preparó a María Emilia para hacer la grabación del video que se difundió en redes. “Fue un libreto corto que lo aprendió rápido”. Allí mostró sus otras cualidades de modelo y del dominio de las cámaras y los flashes.

Carlos Francisco Rocha
es más tímido. Él es ciclista, tiene 20 años y tres veces por semana iba a la panadería de su padre a ayudarlo en todo el proceso de producción del pan. “Ahora estamos en la casa”, dice el deportista.

Es un ciclista de pista. Se entrena en el velódromo Jorge Luis Recalde para su prueba del kilómetro contrarreloj y en las carreteras de Sangolquí, para los 5 kilómetros en ruta.

“Ahora estamos entrenándonos en casa gracias a una bicicleta estática. Hacemos también preparación física, pero Carlitos ya quiere que este encierro se acabe”, relató Walter Rocha, padre del deportista y asistente del entrenador de ciclismo de Olimpiadas Especiales, en el cantón

Practicar el ciclismo para Carlitos no fue nada difícil, comenta el padre. Su afición por el deporte la trasladó al hijo. “Cuando cumplió 3 años le compré un triciclo. Aprendió rápido y le gustaba mucho. A los 8 años le regalé la bicicleta y también aprendió rápido”.

Desde entonces sube a una bicicleta a diario. Le pone empeño para cumplir con sus metas. Las primeras medallas que ganó fueron en su cantón y luego se ganó un puesto en la Selección de Pichincha.

“Juntos hemos ido a los Juegos Nacionales en Machala, Macas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Quito. Ahora entrenamos para los Juegos en Ambato que serán este año”, relata su papá.

Tiene una decena de medallas de plata y bronce a nivel nacional. No ha ganado ninguna de oro y tampoco ha sido seleccionado para que pudiera viajar fuera del país a los Juegos Latinoamericanos o Mundiales. “Esa no es mi ambición, no quiero medallas para él, quiero verlo feliz y sé que lo es cuando sube a su bicicleta”.

Sus padres cuidan sus actividades físicas para que no suba de peso. “Ese aspecto lo cuidamos juntos, desde hace 20 años que nació Carlitos”.

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