Camilo Ponce prueba su juego en la Cosat

Joffre Flores / el comercio

Joffre Flores / el comercio

Camilo Ponce ya no es el tenista más bajito de su categoría. El quiteño que lo ganó todo a escala nacional, en las divisiones de 12, 14 y 16 años, creció.

Ahora mide 1,73 y sus entrenadores esperan que continúe estirándose porque la estatura es un factor que influye en el alto nivel del tenista.

El adolescente cumplió 15 años en diciembre y vive en Guayaquil desde mayo. Allí se ejercita en la Academia de Brian Dabul, argentino que llegó a ubicarse en el puesto 82 de la clasificación de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), y que ahora está radicado en el país.

La decisión de trasladarse a otra ciudad fue dura y afectó sobre todo a sus padres y a sus tres hermanas. Pero para triunfar en el tenis se deben tomar decisiones acertadas dice Nicolás Lalama, quien fue el entrenador de Ponce desde los 9 hasta los 14 años.

[[OBJECT]]

La decisión correcta, en este caso, fue entrenarse en la Costa porque eso puede beneficiarle en el futuro. Esto ocurre, entre otros factores, porque la mayoría de torneos se realiza a nivel del mar y eso afecta a los jugadores de altura, donde la pelota es más rápida y botea de manera diferente.

En la cálida Guayaquil, donde se entrena a doble jornada y estudia a distancia, el tenista que ya no es el más pequeño de su categoría continúa siendo tan dedicado como en la niñez. Sus conocidos resaltan su entrega casi obsesiva por las prácticas.

Belén Serrano, su madre, recuerda que el segundo de sus cuatro hijos practicaba una hora diaria antes de ir a la escuela cuando tenía 7 años.

Ese empeño por mejorar solo ha crecido con el paso de los años y ahora se ejercita, sin problemas, seis horas al día. Quienes lo conocen aseguran que si fuera por él, el rubio jugador se la pasaría con la raqueta de tenis las 24 horas del día.

Sus jornadas contemplan rutinas de ejercitación física dirigidas por el ecuatoriano Cristian Morales. Unas dos horas al día las dedica al gimnasio o a correr. Las prácticas de tenis, siempre con la mirada atenta de Dabul, se realizan en la mañana y en la tarde.

El entrenador argentino llegó a jugar contra Roger Federer, el mejor de la historia, en el Abierto de Estados Unidos.

En agosto del 2012 abrió su academia en el país. El tenista se enamoró de una exreina de belleza y modelo, la ecuatoriana Denisse Bajaña, a quien conoció en un avión después de disputar un torneo en el país.

Al cabo de unos años se casó con ella, se radicó en Ecuador y ahora dirige a unos 30 talentos nacionales en Guayaquil.

Cuando mejore en la parte física y afiance aún más su técnica, el ecuatoriano podrá hacer una gran diferencia a escala internacional según Dabul.

Lalama, de 18 años como entrenador, asegura que vio a pocos jugadores con la técnica y la convicción para ganar del adolescente. Él afirma que su expupilo, con la guía adecuada, tiene las condiciones para afianzarse en categorías superiores.

Lo que Ponce disfruta más en la vida es entrenarse y competir. En sus ratos libres prefiere compartir tiempo con la familia y con los amigos, pero su vida gira en torneo al tenis.

Por el momento quiere hacerse fuerte y afianzarse en la región, en la gira de la Cosat, que arranca pasado mañana en Venezuela y que se disputará por 11 semanas en 10 países.

Luego jugará, a semana seguida, en Colombia, Ecuador y Perú. Después de eso, con su entrenador, analizarán a qué otros torneos asistir. En la actualidad, el campeón nacional de la categoría de 16 años tiene como meta a largo plazo convertirse en profesional.

En contexto.

La gira de la Confederación Sudamericana de Tenis (Cosat) empezará el lunes en Valencia, Venezuela. Están 12 ecuatorianos, entre damas y varones. En el grupo aparecen Carolina Álvarez, Ariana Chan, Víctor Núñez, Antonio March, Israel Rodríguez, Omar Maldonado...

Suplementos digitales