Byron Piedra tiene como principal escenario de entrenamientos a la pista sintética del estadio Jefferson Pérez, en Cuenca. Foto: EL COMERCIO
Byron Piedra termina extenuado cada entrenamiento. Un muro angosto de cemento, ubicado junto a las mallas de protección del estadio atlético Jefferson Pérez, le sirve como asiento para descansar.
Lo primero que busca, al final de la jornada, es una botella plástica con bebidas hidratantes.Allí, mientras se hidrata y recupera energías, conversa con otros atletas, sobre todo con Leonardo Tenepaguay, quien también se alista para pruebas de largo aliento. Ambos son dirigidos por Rafael Martínez, estratega mexicano que llegó al país en marzo del 2013 para trabajar con los mejores semifondistas y maratonistas.
Piedra, medallista panamericano, sudamericano y bolivariano en las pruebas de medio fondo, se entrena 30 kilómetros diarios. Lo hace desde septiembre pasado. Su promedio anterior era de 24 km. El aumento de kilometraje se registra desde su incursión en las carreras de media maratón y maratón.
Ese cambio le resulta difícil asimilarlo. “No voy a mentir, me ha costado mucho adaptarme a correr entre 200 y 210 kilómetros a la semana”. El corredor de 32 años se siente tranquilo porque su corazón se ha acoplado a las altas exigencias físicas. “Ahora me siento mejor en las pulsaciones”.
Según Martínez, el entrenamiento deportivo es un proceso de adaptación de las cargas que el organismo recibe. En ese sentido, “Byron ha mejorado mucho su capacidad de asimilación”. También define como monótono el trabajo de un maratonista, porque hay pocas variables en la actividad diaria.
El correr 30 kilómetros al día, en dos jornadas, es una carga complicada. Por ese motivo se buscan procesos regenerativos adecuados para evitar lesiones. El atleta tiene dos sesiones de masajes en la semana. También existe un cuidado especial en la alimentación y se trabaja en la parte psicológica.
Uno de los retos del 2015 es correr una maratón en dos horas y 12 minutos (02:12). Piedra asegura que ya tiene planificado el entrenamiento para cubrir la marca exigida por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF), que es de 02:17.
Martínez se lamenta que en Ecuador no exista un grupo más exigente de trabajo. “Byron controla todo y él requiere rivales de mejor perfil en sus prácticas”. De allí la necesidad de ir al exterior. Sin embargo, considera que este año su dirigido deber explotar todo el entrenamiento acumulado.
Entre finales de abril y primeras semanas mayo realizará una gira por Estados Unidos. Antes intervendrá en los Juegos de la Alba, previstos para mediados de abril en Ecuador. También estará en el Mundial de Atletismo en China y la Maratón de Berlín. No descarta un campamento en África.
Persiste la idea de prepararse con rivales más competitivos, que tengan mejores marcas. Para ello busca un campamento de la IAAF, en donde se entrenen los mejores maratonistas del mundo. “Este año buscaré la marca en maratón (02:17) para los Juegos Olímpicos del 2016 en Brasil”.
Su aspiración es llegar a una cuarta cita olímpica. Antes estuvo en los Juegos Olímpicos del 2004, 2008 y 2012.
El estratega mexicano tampoco descarta la participación en pruebas de pista. Por ejemplo, una de las proyecciones es ganar una medalla de oro en los Juegos Panamericanos. “Sus adversarios de los 10 000 metros son de perfil mundial”. Allí están atletas de Canadá, Estados Unidos y México.
Su estreno en este año será en el Campeonato Panamericano de Campo Traviesa, que se realizará el 22 de febrero en Barranquilla, Colombia. El equipo ecuatoriano sénior se completa con Segundo Jami, César Pilaluisa, Cristian Vásconez y Adrián Pillajo.