El fútbol del país ha tenido buenas noticias en estos días. Primero, Ecuador goleó con clase a Chile por 3-0, en un triunfo que dejó muchas buenas sensaciones: anotó Narciso Mina (¿será que por fin aparecerá el sucesor del ‘Tin’?), anotó Jaime Ayoví, Jefferson Montero ya es el jugador maduro y con recorrido que se auguraba, Antonio Valencia se mostró imparable, se ganó al líder de las eliminatorias y sin la ventaja de la altitud del Atahualpa, Rueda parecía un tecnicazo, no hubo casos de jugadores que hayan sido esperados en el aeropuerto por juicios de alimentos… En definitiva, todo fue demasiado bueno, demasiado perfecto. Ojalá que esto se repita en los partidos oficiales y que haber jugado con Chile, rival al que enfrentaremos este mismo año en Quito, no haya sido un error al mostrar por anticipado las armas; aunque queda la sensación de que ya apareció el equipo que puede afrontar las eliminatorias con grandes opciones de clasificación.
Otra buena noticia fue que, ahora sí, los estadios de Quito tendrán asientos numerados. Se acabarán las vergonzosas situaciones de hinchas que estaban obligados a mirar de pie los cotejos de estadio lleno por sobre venta de entradas. Es un paso para salir del primitivismo. Es un paso a la civilización, aunque más de uno estará sufriendo dolor en el bolsillo.
Y la tercera buena noticia es que los equipos ecuatorianos han superado sus primeros cotejos en la Sudamericana. Es verdad que este torneo de repente se ha llenado de cuadros secundarios de la región, pero los clubes del país cumplieron con su obligación de eliminarlos e imponer su mayor cartel. Se verá qué tan lejos llegarán.
Son tres buenas noticias que compensan el mal desempeño de Ecuador en el torneo Cotif en España, donde no pudo defender el título ni tampoco ganar ni un partido. En fin, hubo más para celebrar. Qué bueno.