En Roma, el político y militar romano Marco Junio Bruto planeó y ejecutó la muerte del emperador Julio César y fue acusado de traición y perseguido. Al final, se suicidó.
En Brasil, la selección que creó el ‘jogo bonito’ se traicionó a sí misma. Fue infiel a su propio estilo y sufrió un escarnio terrible, el más grande en la historia del fútbol. Alemania le asestó siete puñaladas.
En sus inicios, Brasil deleitó con el balón. Tuvo su mayor esplendor con el ‘jogo bonito’ con los entrenadores Joao Saldanha y Mario ‘Lobo’ Zagalo. De ambos nació la selección que asombró en el Mundial de México 1970. Pelé, Tostao, Jairzinho, Rivelino y Gerson jugaron de ’10’ y se consagraron con el título.
En 1978, Brasil empezó a coquetear con un fútbol más atlético de la mano de Claudio Coutinho, especialista en preparación física, quien sembró la semilla de un fútbol con potencia.
Pese a eso la escuela de talentos no desapareció. Por eso, Luiz Felipe Scolari -ya con ideas de un fútbol de mayor despliegue físico- ganó el título de Japón Corea 2002. Entonces, Scolari tenía a Rivaldo, Ronaldo, Cafú, Ronaldinho…, representantes dignos del ‘jogo bonito’. Con ellos en cancha no había posibilidad de un fútbol rudimentario.
Pero el árbol se torció y a los recientes años Brasil llegó con otra idea. Luiz Felipe Scolari volvió a tomar el mando y creó una selección de combatientes antes que de talentos. Tampoco tenía a jugadores como los de antes (Kaká y Ronaldinho ya no eran los mismos y fueron descartados) y siguió con el coqueteo a otro estilo de fútbol.
El nuevo romance fue excitante. Brasil ganó la Copa Confederaciones 2013 con su nuevo fútbol. Pero, como en algunos casos de traición o infidelidad, las consecuencias pueden ser mortales. Alemania fue el vérdugo y asestó siete puñaladas a Brasil en el Mineirao.
Ahí, Brasil no se suicidó. Sufrió un escarnio brutal y se divorció de su afición, que está en estado de shock y que no se sabe si perseguirá al equipo infiel como al romano Marco Bruto. O, tal vez, el infiel, será perdonado. Pero para eso tal vez tendrá que volver a sus raíces, al ‘jogo bonito’.