Bella Paredes dejó la gimnasia por las pesas

Bella Paredes alza las pesas, en un entrenamiento. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO

Bella Paredes escucha música durante sus entrenamientos. La pesista, clasificada a los Juegos Olímpicos de la Juventud, lleva en su maleta un pequeño parlante inalámbrico, que conecta a su celular mediante bluetooth, y con el que pone ritmo en el gimnasio de la Federación Deportiva del Guayas.
Le gustan los ritmos de salsa, el merengue, electrónica y reggaetón –principalmente las canciones de Maluma-, ritmos que la alegran y la motivan durante las prácticas. Una vez que la música suena empieza su rutina.
Paredes se unió a la halterofilia en el 2015, luego de 10 años de competir en gimnasia, disciplina con la que logró medallas sudamericanas y panamericanas a nivel infanto-juveniles. Abandonó ese deporte debido a una lesión.
Tras el percance, sus primos Jefferson y Eva Olaya la llevaron al gimnasio de Fedeguayas para que se entrene en levantamiento de pesas. Su espalda, piernas y brazos se habían fortalecido gracias a la gimnasia, por lo que fue fácil adaptarse.
Fue una transición especial para ella. El año en el que se cambió compitió en Juegos Nacionales juveniles en gimnasia y meses después en los Nacionales de menores, pero en pesas; en el primero consiguió una medalla de plata y en el segundo una de oro.
“Cuando me cambié quería algo parecido, como baile o algo así. Después de pensarlo decidí quedarme en pesas porque mi sueño es ser reconocida y esta es una disciplina en la que Ecuador es potencia”, explicó la deportista de 16 años.
La música es vital para ella, la usó en su disciplina anterior y en la actual. Antes de las competencias escucha canciones para relajarse, pero minutos antes de salir del camerino cambia a ritmos electrónicos, para ‘activarse’.
Aunque representa a Guayas en las competencias nacionales, es oriunda de Babahoyo. Llegó al Puerto Principal cuando tenía 3 años, y desde entonces vive con su tía Marlene Arreaga y sus dos primos.
Viaja todos los fines de semana a su ciudad para visitar a sus padres y a su hermana menor, Alejandra. Ella cuenta los días para estar con su familia; a pesar de que tiene 13 años viviendo en Guayaquil no logra acostumbrarse a estar lejos de ella.
Édgar Paredes y Bella Arreaga son sus padres. Cada uno le regaló una pulsera roja, que simboliza el amor que sienten por ella. La deportista luce esos accesorios en sus tobillos, los cuales no se los quita.
“En el colegio no me dejan usar pulseras, así que me las puse en los tobillos para que no se vean. Me gusta sentir que mis padres están junto a mí en todo momento”, dijo la halterista, con una sonrisa.
Cuando llega a las prácticas todos sus compañeros la buscan para conversar porque ella es jovial. Mientras levanta las pesas durante las prácticas suele cantar, que es su hobbie. Tomó clases de canto y guitarra durante un año.
Su personalidad extrovertida suele ser un problema en sus entrenamientos, según contó su actual entrenador, Modesto Sánchez. “A veces es demasiado sociable. Si ella se enfocara al 100% en la disciplina, tuviera un techo más alto. Aún es joven y se puede trabajar en su técnica y temperamento”, dijo.
Sánchez viajará junto a ella a Argentina, para los Juegos Olímpicos de la Juventud, que serán en octubre. Espera que durante el mes que resta para la competición, Paredes logre mejorar sus marcas.
Según la proyección del profesional, la riosense podría terminar los Juegos de Buenos Aires entre los ocho primeros lugares de la categoría 63kg.