Karla Yépez llegó en el 2016 a la Universidad Prince Edward Island gracias al baloncesto. Foto: Facebook Karla Yépez
En marzo ganó un título deportivo y este mes logrará el académico. La basquetbolista quiteña Karla Yépez culminará así su carrera de Negocios en la Universidad Prince Edward Island en Canadá, luego de cuatro años.
“Alcanzamos a jugar las finales del Campeonato Nacional Universitario en la segunda semana de marzo y luego vino el período de confinamiento.
Ganamos el título en la Conferencia del Atlántico, y en el nacional logramos la medalla de bronce”, detalla la jugadora de 24 años desde Charlottetown.Esta semana debe rendir el último examen y con ello completará sus exigencias académicas. “Gracias al baloncesto logré mi educación secundaria en el colegio Andino, en Quito, y ahora me permitió estudiar y jugar en Canadá”.
Antes de disputar las finales de la Confederación del Atlántico, recibió un homenaje de parte del equipo, pues se trataba de sus últimos cotejos oficiales. Luego, como capitana, tuvo el encargo de recibir el trofeo de campeón.
“El torneo universitario tiene una organización parecida al de la NBA. Hay cuatro confederaciones con 20 equipos cada uno. Al campeonato nacional nos clasificamos ocho equipos”, detalla.
Justo en los días en que aumentaban los contagios del covid-19 se realizaba el torneo nacional, en Ottawa. “En esa semana la organización universitaria suspendió todos los torneos, solo dejó que culminemos el nuestro y regresamos a Charlottetown, afirma la deportista ecuatoriana.
Karla Yépez con Ecuador en el Sudamericano del 2018. Foto de la página www.fiba.basketball
Estos cuatro años han sido de crecimiento. En lo deportivo -admite- que ha mejorado su técnica en los lanzamientos de dos y tres puntos, desde diferentes puntos de la cancha y la capacidad de decisión, en fracciones de segundo.
Destaca la información estadística que recibe luego de cada partido. “Nos permite mejorar en lo que hemos fallado. Terminé como la segunda mejor jugadora en los rebotes”.
Además de su técnica, Karla se caracteriza por su entrega, no da ningún balón por perdido. Juega casi siempre de titular y durante el 90% del tiempo reglamentario es una luchadora. “Me gusta apoyar a mis compañeras, liderar al equipo, por eso cuando me designaron capitana, no fue una sorpresa”.
Se entrena con el equipo dos veces al día. A más de la práctica colectiva, ella ensaya lanzamientos desde fuera de la zona por una hora o hasta sumar 300 lanzamientos, por eso su efectividad en el tablero.
Este año, además de los dos títulos que sumó, no se olvida del corte en la cabeza que le produjo un codazo que recibió de una rival. “Me tomaron 8 puntos y estuve 10 días sin jugar; hubo un control meticuloso, algo que me llamó la atención porque en Ecuador, muchas veces nos golpeamos y seguimos jugando”.
Tiene claro cuál será su futuro y no necesariamente lo ve en la cancha jugando baloncesto. “De niña decía que quería ser basquetbolista profesional, pero poco a poco entendí que de esto no se puede vivir. Ahora tengo un título universitario que garantizará mi futuro, mi vida”.
Su decisión se respalda en el hecho que Ecuador carece de una Liga Profesional y “tampoco en España o Argentina se puede lograr un contrato importante. Tengo noticias de muchas jugadoras que están en esas Ligas y reciben salarios solo para sobrevivir”.
Se quedará hasta agosto en Canadá, pues quiere dar otro paso en su formación académica, como estudiar una Maestría u obtener un trabajo gracias a su título académico.
Yépez juega baloncesto desde que tenía 12 años. Ha sido campeona con Pichincha en los Juegos Nacionales y con el desaparecido equipo de la UTE en la Liga Nacional. Además, entre sus logros se destaca que fue vicecampeona en la Liga Sudamericana y jugó con Ecuador el repechaje para el Premundial.
Biografía. Karla Yépez nació el 21 de febrero de 1996 en Quito.
Palmarés. La deportista ganó dos títulos en la Liga Nacional con los equipos Mavort y UTE. Además fue vicecampeona en la Liga Sudamericana. También jugó la Liga de Colombia en el 2017, pero solo por tres meses. Luego retornó a Canadá.