Son las 18:00 del miércoles 21 de mayo de 2025. El intenso tráfico de la Av. Simón BolÃvar se siente en los carriles que van al sur y en los que van al norte, en el que estamos para dirigirnos a Nayón, una de las 33 parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito.
Luego de 35 minutos de camino, llegamos al Coliseo de Nayón, la casa del Club Spartans, el único equipo de Pichincha que participará en la Liga Básquet Pro 2025, junto a otros nueve quinteros regados en nueve provincias del paÃs.
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Conforme a lo acordado, por la puerta principal del coliseo aparece a las 19:30 Manolo Albán, técnico ecuatoriano de Spartans con 32 años de experiencia en el medio, vestido con una chompa larga negra con el escudo de su equipo estampado en la parte superior izquierda de su pecho.
Nos saluda amablemente y, mientras da las primeras instrucciones para empezar el entrenamiento, recuerda que en el 2024 llegaron hasta los cuartos de final, pero tuvieron la “mala suerte” de cruzarse con Jorge Guzmán, ganador de la serie 3-0 y posteriormente del tÃtulo al derrotar a Zamora Jaguars.
Con esa experiencia, afirma que en este año conformaron un equipo con 13 jugadores jóvenes nacionales con un promedio de edad de 22 años, más tres extranjeros de las mismas caracterÃsticas.
“El principal objetivo de Spartans es que los chicos se desarrollen para que compitan con grandes estrellas de gran talento, brindándoles herramientas desde lo fÃsico, técnico y psicológico para el alto nivel”, plantea.
Albán retrocede en el tiempo para detallar que jugó baloncesto desde los 11 años en el colegio La Salle, donde estudiaba. También pasó por los equipos del Banco Central, ESPE y UTE.
A los 23 tomó la decisión de ser entrenador, logrando campeonatos intercolegiales con Spellman, Santo Domingo de Guzmán, Martim Cererê, Dillon y, desde luego, La Salle.
Profesionalmente, dirigió a Mavort, Guerreros de Santo Domingo de los Tsáchilas y Spartans desde hace cuatro años.
Manolo Albán, entrenador de Spartans.
Nayón, el ‘fortÃn’ de Spartans
El silencio inicial del escenario deportivo poco a poco se llena con voces y murmullos de jugadores, entrenadores y un grupo de hinchas y jóvenes de las categorÃas juveniles que llegan para mirar el intenso entrenamiento dividido en ejercicios fÃsicos, preparación de jugadas de ataque y defensa y un partido para ir afinando la estrategia.
Albán detalla que la infraestructura del club va en crecimiento anualmente con una organización interna empresarial que sostiene al equipo principal y a las divisiones formativas.
La parte económica se nutre de los sponsors, de las divisiones formativas y de la taquilla de cada jornada desarrollada en el Coliseo de Nayón, sitio que quieren convertir “en su fortÃn” en lo deportivo y financiero.
El presupuesto anual proyectado es de los 120 000 dólares con los que cubrirán sueldos, alimentación, hospedaje, transporte y todas las necesidades logÃsticas que requiere mantener en pie un equipo profesional de baloncesto.
Dentro de esa logÃstica se cuentan los largos desplazamientos vÃa terrestre a ciudades como Zamora y Loja, sedes de Zamora Jaguars y Jorge Guzmán, respectivamente, que pueden implicar recorridos de hasta 15 horas.
Un trayecto asà obliga a que se hagan paradas, pero, lejos de ser un problema, sirven para integrar al equipo, conocerse más al ritmo de reguetón y salsa choke, eso sÃ, hasta que el entrenador decide poner un alto para dar paso a la “salsa brava” con Gran Combo, Cheo Feliciano e Ismael Rivera.
Julio Estrella/EL COMERCIO.
Spartans, 12 años de historia
Mientras el roce de la duela con los zapatos de baloncesto y el rebote del balón son más frecuentes, Alban señala que Spartans nació “como una necesidad personal” hace 12 años. Los primeros entrenamientos fueron en el Parque de la Mujer, centro-norte de la capital ecuatoriana.
El nombre nació de su fanatismo por Magic Johnson, jugador salido de la Universidad Estatal de MÃchigan, cuyo equipo se denominaba Spartans, sumado a la pelÃcula ‘300’, que reúne lo ficticio con lo histórico, resaltando la valentÃa de los guerreros espartanos que fueron al combate a pesar de su inferioridad numérica.
Los colores verde y blanco del uniforme de Spartans se asemejan a los de la Universidad Estatal de MÃchigan y del colegio La Salle, dando origen al club quiteño que el 3 de junio visitará a Importadora Alvarado en Ambato (19:00) y el 6 recibirá a Leones de Riobamba en el Coliseo de Nayón (19:30).
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