Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
La final de baloncesto de los Juegos Nacionales Juveniles terminó el jueves 5 de julio de 2018 entre aplausos. Los asistentes al coliseo Abel Jiménez, de Guayaquil, se pusieron de pie para ovacionar el despliegue de los deportistas tras el triunfo que consiguió Guayas sobre Pichincha por 67-56.
Guayas aprovechó su condición de local desde el inicio, empujado por los cerca de 100 asistentes que gritaron a su favor. Aaron Capurro, con el número 13 en su camiseta, fue la figura del equipo y el que abrió el marcador con un tiro de dos puntos ayudado por el tablero.
Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. En la imagen Aaron Capurro de la Selección de Guayas anota. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
En mayo pasado, el guayaquileño consiguió, a sus 17 años, una beca estudiantil para jugar en el equipo de Redemption Christian Academy, en Massachusetts, Estados Unidos. Tenía previsto viajar a territorio norteamericano el jueves 5 de julio, después del partido, para sumarse a su nuevo club.
El año pasado, formó parte de la selección ecuatoriana Sub 18, y se destacó por su rendimiento. Según las estadísticas de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), tuvo un promedio de 13,7 de eficiencia por juego.
Capurro cuenta que creció en una familia con escasos recursos económicos. Hace cinco años vive con Tanya Torres, quien es su madre adoptiva y quien lo alienta desde las gradas en cada partido.
Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
“Él no recibe ayuda de nadie, aunque el Ministerio o Fedeguayas se encargan de sus gastos y traslados cuando es llamado a las selecciones”, contó la mujer, aún emocionada por el triunfo de su muchacho.
En el juego final, ante Pichincha, el deportista solo salió de la cancha una vez. El entrenador Miguel Salvitelly le dio poco descanso, porque era el mejor jugador de su equipo y el rival se tornó complicado durante los cuatro cuartos del partido. Anotó 23 puntos.
Para llegar a esta instancia, Guayas derrotó a Santo Domingo en las semifinales, mientras que Pichincha dejó en el camino a El Oro.
La final se disputó en el nuevo coliseo en el parque Samanes, al norte de Guayaquil.
Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Los cuartos siempre terminaron con marcadores cerrados, pero a favor de la selección local. El primero finalizó 23-16, el segundo 39-31 y el tercero 43-51. Los asistentes se paraban a aplaudir al finalizar cada período, agradecidos por el espectáculo.
Pichincha también tuvo hinchada, aunque en menor cantidad. La selección de baloncesto femenina, que terminó tercera, apoyó a sus compañeros, además de padres de familia y entrenadores.
Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Entre la barra visitante estuvo Aníbal Fuentes, presidente de la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP). Él observó en silencio, analizó las jugadas y bajó al camerino del equipo oro y grana en el período de descanso.
El entrenador del seleccionado pichinchano, John Escalante, felicitó a sus pupilos al final del encuentro. El profesional vivió el partido con intensidad, dio constantes órdenes desde la zona técnica y reclamaba -con respeto- a los jueces en cada sanción.
Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Con el triunfo, Guayas consiguió las dos medallas de oro en esta disciplina de los Juegos. Antes del encuentro masculino, la selección femenina se impuso a Azuay por 50-36, en el mismo coliseo.
El logro coincidió con el aniversario 96 de Fedeguayas.
Guayasenses (azul) y pichinchanos disputaron la final del baloncesto masculino en el coliseo Abel Jiménez. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO