Acostúmbrese a revisar el nivel periódicamente. Complete el aceite, si se requiere.
Por lo general, los fabricantes de lubricantes elaboran sus productos bajo especificaciones proporcionadas por los constructores de vehículos, con el fin de satisfacer los requerimientos específicos de protección, refrigeración, limpieza y demás tareas que el aceite cumple en el motor.
El aceite usado se oscurece por su tarea de limpiar el motor y recoger impurezas.
En tal sentido, se establecen la durabilidad de cada producto en kilometraje y/o tiempo, y, consecuentemente, los plazos adecuados para realizar el cambio, pues el lubricante sufre degradación por el uso y por el tiempo que permanece dentro del motor, aunque el vehículo ruede poco.
Con el afán de cuidar mejor el motor de su auto, hay quienes se anticipan al cambio para evitar que el aceite empiece a perder propiedades y no ofrezca una protección óptima, lo cual es plenamente válido. Así por ejemplo, en lugar de cambiar el aceite a los 5 000 km lo hacen a los 3 500, 4 000 o 4 500.
Un cambio oportuno mantiene el motor limpio y protegido contra el desgaste.
Lo que no se debe hacer es sobrepasar el límite establecido por el fabricante, pues el lubricante degradado empieza a causar perjuicios al motor, antes que beneficios. El costo de un descuido de ese tipo puede ser muy alto, sobre todo si sucede en varias ocasiones.