Roberto Aráuz solo saca su auto para correr la Vuelta al Ecuador

Roberto Aráuz revisa el vehículo con el que participará en el giro al país. Foto: Martha Córdova / EL COMERCIO

Roberto Aráuz revisa el vehículo con el que participará en el giro al país. Foto: Martha Córdova / EL COMERCIO

Roberto Aráuz revisa el vehículo con el que participará en el giro al país. Foto: Martha Córdova / EL COMERCIO

Mirar el arribo a Quito de los primeros Porsh que corrían la Vuelta a la República dejó sembrada la afición por el mundo tuerca. “Sonaba una sirena de los bomberos en la zona de Santa Rosa para avisar la llegada de los vehículos.

Pude mirar a Guillermo Ortega”, recuerda Roberto Aráuz, que mañana iniciará su décima participación en la competencia de automovilismo más importante de pilotos de rallies.

“No participo en ningún otro rally, solo saco mi auto para correr la Vuelta. Es el sueño que todo chico tiene, se junta con amigos y vive un mundo especial. Además es la oportunidad para conocer el Ecuador”, añade.

Correrá en una camioneta Mazda año 2013 con motor 2 500 turbo, VT50 y 4x4 arreglada y preparada en los talleres de Rubén Bravo y en Talleres Prestige.

La experiencia obtenida en sus nueve participaciones anteriores le permite diseñar su estrategia. “En la primera etapa es el día de acoplamiento al vehículo, uno se encuentra con todos los problemas que pueda tener el carro, con las fallas que no se chequearon y que salen a relucir a flote en el primer día”, reconoce. Una de sus reflexiones es que el piloto debe estar listo para enfrentar cada día una nueva falla o problema.

Por eso le llamó la atención que en esta Vuelta, por primera ocasión se realizará el ‘super prime’ en Quito y que la primera etapa saldrá desde Yahuarcocha, en Imbabura. “Si hay algún inconveniente puede resultar fatal porque al siguiente día, el parque cerrado está fijado para las 07:00”.

En las dos etapas siguientes, la Cotopaxi-Tungurahua y la Chimborazo-Cañar-Azuay, la recomendación es “cuidar el carro, correr con cautela porque para la cuarta etapa hay que tener el auto en perfectas condiciones”.

La cuarta etapa, que partirá desde Azuay y continuará por las carreteras de Morona Santiago y Zamora Chinchipe hasta llegar a Loja, es considera la ‘rompe autos’ por los 123 km de velocidad y 265 km de enlaces.

“Es la más larga y la más difícil porque vamos a correr en las carreteras de la Amazonía. Es una región hermosa de nuestro país, pero es muy duro por el desgaste físico y del vehículo. Es la etapa donde se debe cuidar más al carro, si no lo haces corres el riesgo de que se te acabe la Vuelta”, agrega Aráuz.

La otra recomendación es mecánica. “Las llantas deben ser nuevas porque se correrá sobre lastre y eso rompe las llantas”.
Y, en la última etapa, que se desarrollará el sábado 15, entre Loja y El Oro, la misión será acelerar y buscar posiciones estelares.

Para estos nueve días de pura velocidad, donde se completarán 1 307 km, la logística también forma parte de la estrategia.

Roberto Aráuz, del equipo Panavial, contará con la asistencia de dos camionetas y 10 personas, entre ellas su mecánico de confianza Rubén Bravo, quien también se alista para vivir su décima Vuelta. Llevará 10 llantas y 100 galones de diésel, pues se prevé un consumo de 20 galones por etapa.

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