Ernesto Ordóñez asistió a la presentación de la camiseta de la Ruta de las Iglesias, este 7 de agosto del 2019 en Quito. Fotos: Carlos Rojas / EL COMERCIO
La principal motivación de Ernesto Ordóñez para competir otra vez en la Ruta de las Iglesias es unir a los suyos. Cada vez que el hombre de 96 años se lanza a una competencia lo acompañan hijos, nietos y amigos.
“Lo que más me motiva es la forma en que me rodea la familia. La familia es mi mundo y me entrego a ellos”, contó el nonagenario deportista después de la presentación de la edición número 15 de la carrera, en el hotel Hilton Colón de Quito, el 7 de agosto del 2019. En medio de aplausos y comentarios de admiración, el longevo atleta recibió un reconocimiento y luego varias personas se acercaron para felicitarlo y estrecharle la mano.
A pesar de que no hay una categoría específica para personas de su edad, figura entre los inscritos para la prueba nocturna que será el sábado 31 de agosto del 2019 en las calles de Quito.
En ese reto deportivo, este abuelo de 18 nietos estará acompañado por unas 30 personas, entre familiares y amigos, quienes caminarán a su lado en el recorrido de 10 kilómetros. Eso es algo que ya han realizado en ediciones anteriores.
En el 2018, el ganador en la categoría masculina fue Segundo Jami con un registro de 31:33 minutos. Ordóñez y sus acompañantes llegaron a la meta una hora y media después del ganador, según recordó su hijo Francisco Ordóñez. “Hace unos ocho años empezó a caminar y completó unos 10 km en la Quito Últimas Noticias 15K. Lo más importante fue que se entusiasmó porque la familia estaba con él. Ahora, en la Ruta de las Iglesias estaremos unas 30 personas a su lado”, confirmó su hijo.
Ernesto Ordóñez posa con Francsico Ordóñez y María Elena Coronel.
El deportista de 96 años, quien al caminar intenta emular la técnica del campeón olímpico “Jefferson Pérez”, reconoce que en sus tiempos mozos el atletismo no figuraba entre sus deportes favoritos.
El tenis, la gimnasia, la calistenia y sobre todo el fútbol, que llegó a practicarlo incluso en Liga Deportiva Universitaria hasta 1953, fueron las disciplinas que practicó con mayor entusiasmo en su juventud y luego también durante los años que fue un activo comerciante.
En la actualidad, en la tranquilidad del retiro, encontró gusto por las largas caminatas. “No he sido atleta, pero ahora, dadas las circunstancias, es una gran herramienta para mantenerme con salud”.
“Para mí es una gran satisfacción poder intervenir en esta carrera de las iglesias porque están fomentando, están regalándonos salud. Si estoy hasta ahora viviendo es porque sigo haciendo deporte y actividades físicas”, aseguró.
Ernesto Ordóñez también recibió una placa de reconocimiento el 7 de agosto del 2019.