El cuencano Jonathan Cáceres estuvo retirado 20 meses de la marcha atlética. Volvió e irá a un Mundial. Manuel Quizhpe / EL COMERCIO
Entre febrero del 2017 y octubre del 2019, Jonathan Cáceres se mantuvo fuera de los torneos oficiales. Durante este tiempo se entrenaba a medias y corría en pruebas de montaña, incluso viajó a trabajar en Estados Unidos como jardinero y carpintero.
Un microdesgarro en el músculo aductor de la pierna derecha le impedía trabajar con normalidad y lo alejó de la caminata. “No me permitía marchar ni podía extender la pierna hacia atrás”. También influyó la frustración que significó haberse quedado fuera los Olímpicos de Río 2016.
En mayo del 2014, en Taicang, China, Cáceres terminó 14º en la Copa Mundo de Marcha, con un tiempo de 03:50:52 en los 50 km. Esa marca le daba el pasaporte a Río 2016, aunque debía ratificar la clasificación en el Mundial de Roma, que se cumplió en mayo del 2015.
Allí se ubicó cuarto entre los ecuatorianos que participaron en 50 km, tras ser superado por Andrés Chocho, Rolando Saquipay y Claudio Villanueva. Esa posición lo dejó fuera de la delegación nacional. Después de esa amarga experiencia decidió retirarse para tratar de recuperarse de la lesión.
Volvió a competir fuera del país el 10 de marzo del 2020. Ganó la medalla de plata en la prueba de 50 km del Sudamericano de Marcha, en Lima. Allí aseguró su cupo al Mundial que debía realizarse en Bielorrusia el 2 y 3 de mayo, pero que se postergó por el covid-19.
El andarín cuencano de 30 años llegó al Sudamericano después de reaparecer previamente en el Nacional de Marcha que se cumplió en Macas. Allí terminó cuarto en 35 km, pese a que recién tenía cuatro meses de haberse entrenado sistemáticamente. En Lima no desaprovechó la oportunidad que le dio la Federación Ecuatoriana de Atletismo.
Cáceres agradece a su actual técnico, Julio Chuqui, porque siempre lo motivó para que se diera otra oportunidad como marchista. Él le advirtió que si se entrena disciplinadamente conseguiría lo que se propone. “Mi anhelo siempre fue volver a competir por Ecuador y se hizo realidad en Lima”.
Su reaparición en las pistas no fue fácil. Primero se adaptó al trabajo físico y procuró recuperar su peso ideal. De 68 kilos bajó a 60 con la ayuda de la nutricionista Roxana Dávila. Ella ofreció su ayuda desde que se enteró de su regreso. Después se entrenó para acoplarse a la técnica de la marcha.
Según Chuqui, Cáceres recuperó pronto la forma deportiva porque nunca dejó de entrenarse por completo, incluso durante el 2019 competía en la montaña. “Ha recuperado bastante pronto su nivel y está motivado por haber clasificado al Mundial. Le viene bien esta ligera pausa por el coronavirus”.
Cáceres es realista y considera que está lejana la posibilidad de clasificarse a los Juegos Olímpicos de Japón. “Hay compañeros que se han entrenado más de ocho años seguidos en busca del cupo olímpico y ellos se merecen”. A su criterio, competir en el Mundial de Bielorrusia ya será un éxito.
Él agradece a quienes lo ayudaron durante su ausencia de las pistas, especialmente cuando se radicó en Estados Unidos. En el 2017 trabajó como jardinero con su compatriota Ángel Duchi, en Connecticut; mientras el 2018 ejerció la carpintería con Sixto Guambaña. “Todos tenemos habilidades, solo hay que explotarlas”.
El andarín azuayo no se olvida de sus anteriores entrenadores. Juan Chocho lo dirigió desde los 6 hasta los 19 años y luego tomó la posta su hermano Luis hasta su retiro transitorio. “Les agradezco de corazón, porque han sido parte de mi carrera deportiva”.