Lance Armstrong buscó ayer ser protagonista en su último Tour de France al integrar el grupo de ciclistas escapados que se disputó el triunfo en la ciudad de Pau.El heptacampeón, de 38 años, atacó al inicio en busca de un triunfo y se marchó junto a ocho compañeros, pero solo pudo ser sexto tras 199,5 kilómetros.
El triunfo final fue para el francés Pierrick Fedrigo. El español Alberto Contador no tuvo problemas en defender su maillot amarillo de líder ante el luxemburgués Andy Schleck.
Armstrong sorprendió al pasar sin aparentes problemas los cuatro puertos de montaña y pugnar por el triunfo de etapa en el sprint final junto al resto de compañeros. Estuvo cerca de ganar su primera etapa desde 2005, pero no logró más que ser sexto y el elogio de sus contrincantes y de los aficionados franceses.
Hablar de un pequeño renacimiento parece exagerado, ya que el estadounidense está muy lejos en la general y su debilidad en la alta montaña durante el Tour fue evidente. Tras cinco caídas, el hombre récord de la competencia quiso exhibirse en la penúltima etapa en los Pirineos. “En el sprint fui lento, pero al menos lo he intentado”, dijo Armstrong, que buscó su triunfo número 23 en 13 ediciones del Tour francés.
Su último éxito data de 2005. En aquella edición el estadounidense ganó en St. Etienne una contrarreloj individual.
Fedrigo fue más rápido ayer, por delante de su compatriota Sandy Casar. La sexta plaza fue un bálsamo para Armstrong, que incluso los últimos días tuvo que soportar las mofas de los aficionados. “Hubiera deseado que Armstrong ganara la etapa”, dijo el actual líder del Tour, el español Alberto Contador. “Se lo merecía”, agregó antes de la jornada de descanso de hoy y de la decisiva etapa de mañana, con final en el Tourmalet (un paso montañoso en el centro de los Pirineos franceses).
Ayer, Contador y su rival por el triunfo en París, Schleck, se abrazaron delante de la cámara y dieron por terminada la polémica del día anterior por el ataque del español cuando el luxemburgués sufrió un problema en el cambio de su bicicleta, lo que le costó entregar el maillot amarillo a su oponente. “Hemos hablado hoy”, dijo ayer el luxemburgués tras entrar con el gran grupo a meta a seis minutos y 45 segundos del pelotón.
“Tenemos una buena relación y no queremos que se estropee. Si todo va bien, vamos a estar muchos años conviviendo”, dijo Contador, que aventaja a Schleck en ocho segundos.
Mañana se retomará la rivalidad. “Andy va a atacar, lo intentará, yo espero estar bien y estar delante de él”, aseguró el español, que no pierde el sueño por un triunfo en la cima del mítico Tourmalet. “Solo pienso en ganar en París. Es una bonita etapa, pero el objetivo es ganar en París. Habrá diferentes intereses y habrá que ver. Si salgo de amarillo del Tourmalet será un paso importante”, admitió el español, que aún tiene a su favor la contrarreloj del penúltimo día.
El gran grupo se tomó ayer con calma las ascensiones a los puertos del Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque, que no frenaron el ímpetu de los escapados, entre los que estuvo Armstrong, de nuevo protagonista.